Un joven rumano tuvo la ocurrencia de saltar la semana pasada de madrugada la tapia del Palacio de Marivent y colarse en sus dependencias en un evidente estado de embriaguez. El intruso fue detenido de inmediato por un presunto delito de allanamiento de morada.

El sujeto no contó con que, en cuanto comenzó a trepar por el muro de la tradicional residencia estival de la Familia Real, todos sus movimientos eran estrechamente vigilados por agentes de la Guardia Civil a través de las cámaras de videovigilancia.

Además, la inminente segunda comparecencia, el próximo martes, ante la Audiencia Provincial de la infanta Cristina por el denominado caso Nóos había hecho que los efectivos del Instituto Armado se encontraran especialmente ojo avizor ante cualquier posible contingencia.

Pese a la aguda intoxicación etílica, el intruso tuvo la suficiente destreza para escalar las paredes del muro y adentrarse en el recinto. Su incursión apenas se prolongó durante unos pocos metros.

Varios agentes de la Guardia Civil se aproximaron de inmediato hacia el lugar donde se encontraba el sujeto. Al verse sorprendido, el intruso trató de articular palabra con serias dificultades.

Los evidentes síntomas de embriaguez que presentaba el intruso no pasaron en absoluto desapercibidos para los efectivos del Instituto Armado, que tenían encomendada la custodia de Marivent. A partir de este momento, se entabló una delirante conversación entre el agente que le había sorprendido y el sujeto que acababa de irrumpir en el recinto más vigilado de Palma por razones inciertas.

"¿Sabe usted dónde está?", le preguntó el agente al ebrio visitante inesperado.

"¡Creo que son policías, por el uniforme que llevan!", balbuceó el intruso.

Los efectivos de la Guardia Civil no prolongaron más la conversación imposible y detuvieron a este individuo por un presunto delito de allanamiento de morada.

Tras pasar el resto de la noche en el calabozo, los agentes de la Guardia Civil trasladaron a primera hora de la mañana de ayer al sujeto que se había adentrado en Marivent hasta los juzgados de Via Alemania.

La abundante ingesta etílica de este individuo no se había mitigado después de pernoctar en el calabozo de la Guardia Civil. Los problemas para articular una frase coherente persistieron en su comparencia ante la juez de guardia, que le dejó libre con cargos.