Parecía una jornada normal y casi termina en tragedia. M. B., un empresario de Morcín, fue atracado en una cabaña de su propiedad en la localidad de La Castañar: le golpearon, le robaron y le dejaron aislado durante seis horas. La Guardia Civil detuvo ayer, en Gijón y Oviedo, a los presuntos autores de los hechos. Son dos hombres de nacionalidad paraguaya. "Espero que se pudran en la cárcel", fue la rotunda reacción de la víctima, que se hizo pública a través de las declaraciones de sus familiares.

M. B. prefiere no recordar con su voz los hechos, que tuvieron lugar el pasado 9 de enero. Todo empezó cuando el hombre, vecino de La Foz, acudió a la casa de campo en La Castañar. "Pasa mucho tiempo allí, por eso no lo echamos en falta en seguida aquel día", explicaron ayer fuentes de la familia. M. B., de 62 años, se vio sorprendido en la puerta por dos hombres encapuchados. Según su declaración ante la Guardia Civil, "le amenazaron con un revólver y un arma blanca de doble hoja". También lo tiraron al suelo y le taparon los ojos y la cara con violencia. Le ataron con fuerza los pies y las manos, sujetándolas unidas a la espalda.

Los asaltantes tenían claro su objetivo. Una vez tuvieron inmovilizado al hombre, le sometieron a muchas preguntas encaminadas a la obtención de dinero. Le intimidaron con datos que denotaban un gran conocimiento sobre su persona y su entorno. Un conocimiento que, según afirmaron ayer los familiares, no era recíproco: "Que nosotros sepamos, no los había visto antes", aseguraron ayer.

No fue un asalto rápido. Víctima y atracadores estuvieron juntos en la casa de campo de La Castañar durante dos horas. Una presión que pasó factura a M. B. Según su entorno, "aún no se ha recuperado psicológicamente, lo que menos quiere ahora es recordar todo lo que pasó aquel día". El hombre sintió cierto alivio en el momento en el que los asaltantes dejaron la casa. Se llevaron su vehículo, su teléfono móvil, dinero en efectivo y las llaves de su casa y la nave de su empresa.

Inmovilizado, tirado en el suelo y sin ninguna posibilidad de comunicarse, permaneció durante otras cuatro horas. Su entorno empezó a incomodarse al caer la noche y, tras intentar contactar telefónicamente sin éxito, un familiar fue en su busca y le liberó a las nueve y media de la noche. "No lo olvidaremos nunca", aseguraron ayer.

Víctima y rescatador se pusieron en contacto con la Guardia Civil desde la casa de campo. Las indagaciones de los agentes empezaron esa misma noche, con una inspección técnico-ocular. Siempre según la información facilitada desde el Instituto Armado, "se pudo observar cómo las camas estaban deshechas y los armarios revueltos, todo ello mientras supuestamente esperaban la llegada del propietario". Se recogieron distintos tipos de muestras.

Las primeras indagaciones pusieron en la pista a un hombre de rasgos físicos latinos, residente en Gijón. Su situación, como inmigrante irregular, hizo aún más difíciles las pesquisas. Autoridades internacionales colaboraron en la identificación del individuo. La investigación se centró entonces en la búsqueda de la persona que le acompañaba el día del atraco, que terminó satisfactoriamente a través de vigilancias encubiertas y otras gestiones operativas.

La actuación policial culminó los días 15 y 17 de este mes, cuando los agentes de la unidad orgánica de la Policía Judicial de Oviedo procedieron a detenerlos. Las evidencias manejadas por el Instituto Armado "no dejan lugar a dudas sobre la autoría de los hechos", afirmaron ayer fuentes oficiales. Los dos hombres fueron puestos a disposición judicial. Se decretó su entrada en prisión.