"Tomó el café y escapó como un tiro. Le llamé y todo eran largas", aseguró ayer José Manuel González Fernández, propietario del restaurante Peña Mea, situado en la localidad de Guyame, en Posada de Llanera, al que un sierense dejó sin pagar parte del banquete de primera comunión de su hija, celebrado el 18 de mayo de 2014. Rafael F. G., el acusado, había acudido unos meses antes, en febrero, junto a su exmujer para apalabrar el banquete en el restaurante. Como estaban separados, cada uno pagaría la mitad del ágape, y así se formalizó en sendos contratos. "La mujer sí pagó su parte nada más terminar el banquete, pero él desapareció y todo eran disculpas", aseguró el hostelero estafado, cuyos intereses defiende el letrado Carlos Mario Álvarez.

Rafael F. G. -que según su abogado, Pedro Luis Espías, no pagó porque no pudo, puesto que "tenía deudas"- admitió ayer los hechos en el Juzgado de lo penal número 3 de Oviedo. La fiscal, que considera lo ocurrido como un delito de estafa, accedió a reducir su petición de condena a seis meses y un día de prisión, frente al año y medio que solicitaba en su escrito de acusación.

La magistrada María Paz González-Tascón, titular del citado juzgado de lo penal, dio de plazo hasta el mes de julio al acusado para pagar los 1.559,80 euros que adeuda al hostelero de Llanera. Eso sí, le advirtió de forma severa de que, si no paga el dinero que debe en el mes y pico que tiene de plazo, tendrá que ingresar en prisión y cumplir los seis meses y un día a los que ha sido condenado. Y no le vale con pagar un plazo para solicitar la suspensión del ingreso en prisión. El hostelero ha sido no obstante benévolo y solo exige el cobro de la deuda, sin aplicar los correspondientes intereses de demora, que elevarían la cantidad un pico.

El banquete de primera comunión, como suele estilarse en estos tiempos, había sido una "miniboda" en toda regla, con un menú que incluía sopa de marisco, pescado, carne y un buen postre. Y antes de la comida propiamente dicha, un aperitivo de bienvenida. Todo ello al precio de 80 euros por comensal, cerca de 3.200 euros en total. Al banquete acudieron unos cuarenta invitados, incluidos los padres de la niña que hacía la primera comunión. Todo se desarrolló como la seda hasta que llegó la hora de aflojar la mosca.

Algún caso más

El hostelero José Manuel Fernández asegura que marcharse sin pagar no es algo habitual, aunque sí se ha producido en alguna ocasión. "En sesenta años que lleva abierto el restaurante, ha habido tiempo para que se diese algún caso", admitió. El Peña Mea lleva instalado en Posada de Llanera solo once años.

"Si él me hubiese dicho: 'Ahora no puedo pagarte, dame un poco de tiempo", o "te lo pago en varias veces', no hubiese pasado nada, todo se hubiese arreglado", indicó el hostelero.