"Un golpe muy duro". Así se ha sentido la trágica muerte de Manuel Carlos Muñoz Vega en el seno del Ayuntamiento de Gijón, donde ejercía el cargo de jefe de servicio de obras públicas. Especialmente en la Casa Rosada, donde tiene su sede la concejalía de la que depende el servicio. Especialmente afectado se mostraba ayer Manuel Arrieta, concejal de Atención a la Ciudadanía, Mantenimiento y Obras, y veterano funcionario en el Consistorio. "Cuando entró en el Ayuntamiento, incluso participé, junto con Fernando González Landa (exjefe de obras públicas), que era el presidente, en el tribunal que le seleccionó. Era una persona muy trabajadora, con un sentido de la función pública muy estricto, lo que es un halago porque como funcionario debes velar por el interés de los ciudadanos", recalca Arrieta, quien también le define como "una persona afable, amigo de sus amigos". Proveniente de una familia de origen malagueño, Carlos Muñoz nació en Barcelona. "Quizá tenía la mezcla de ambos caracteres", dicen quienes trabajaban con él.

Formado como ingeniero de caminos, llevaba una década en el Ayuntamiento gijonés. Tomó posesión como funcionario en 2007 y trabajó junto con Luis Ángel Estébanez, anterior jefe del servicio de obras públicas, que falleció en 2014, también prematuramente, a los 53 años de edad.

Tras sustituir a Estébanez en el cargo, desempeñó sus funciones como jefe, siempre con "su carácter reservado y discreto". Muchos proyectos del municipio llevan su firma. Lideraba un servicio que es una de las tres patas de la concejalía de Arrieta junto con Parques y Jardines y Arquitectura y Mantenimiento. Siempre demostró dotes de "gran administrador", dado que "difícilmente un contratista podía sacarle un euro más". Hoy será despedido a las 18.00 horas con un funeral en la iglesia de San Pedro.