El cadáver de Manuel Carlos Muñoz Vega, desaparecido el domingo en la localidad canguesa de Tornín mientras pescaba en el río Sella, fue encontrado ayer por los equipos de rescate en el pozo de La Trillera. Muñoz Vega, ingeniero catalán, de 44 años de edad, ocupaba el cargo de jefe de servicio de Obras Públicas y mantenimiento del Ayuntamiento de Gijón. Hasta el lugar del suceso se desplazaron ayer la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón; el concejal de Urbanismo, Fernando Couto, y el regidor de Cangas de Onís, José Manuel González.

Media decena de compañeros de trabajo de Muñoz también se acercaron a Tornín para arropar a la pareja del fallecido, que no tenía hijos. Entre ellos estaba el arquitecto municipal gijonés Ovidio Blanco, que fue quien dio el aviso sobre la desaparición el domingo después de que el fallecido no se presentara en el bar en el que habían quedado para comer en Tornín. Los dos disfrutaban de una jornada de pesca de trucha en el coto La Vara, en Tornín.

"La última vez que lo vi fue sobre la una en el puente de La Vara. Al principio pensé que había vuelto a casa pues yo mismo no tenía pensado quedarme pescando hasta tarde. Comí sin él y no le di demasiada importancia al asunto. Al ver su coche -aparcado junto al puente de Santianes- me preocupé y lo busqué. Como no aparecía, llamé a emergencias", explicó a LA NUEVA ESPAÑA. En el lugar aparecieron la mochila y una caja con señuelos, pero la búsqueda efectuada por miembros de la Guardia Civil de Cangas de Onís y de Bomberos resultó infructuosa porque el cauce bajaba crecido y muy turbio.

A primera hora de la mañana de ayer se incorporaron al dispositivo buzos y miembros del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas, además de doce voluntarios de Protección Civil de Gijón y varios miembros de la Sociedad de Pescadores "El Esmerillón". Fue el piloto del helicóptero medicalizado del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA) el que a las 11.21 horas detectó desde el aire una presencia extraña en el pozo de La Trillera, ubicado a pocos metros del puente de La Vara, donde Muñoz fue visto por última vez. Los buzos procedieron entonces al rescate, que se produjo a escasos metros del bar Sánchez, y encontraron además su caña. Al conocer la noticia del fallecimiento, sus conocidos no pudieron reprimir las lágrimas. La pareja de Muñoz, que durante toda la mañana siguió el operativo de búsqueda visiblemente compungida, pidió verlo por última vez para "abrazarlo" y despedirse, pero los agentes declinaron la propuesta a la espera de que la jueza levantara el cadáver. Las primeras hipótesis apuntan a que el hombre, que vestía un vadeador que pudo dificultarle la tarea de salir a flote, sufrió una fatal caída en el río. A la una del mediodía el cuerpo sin vida del ingeniero catalán fue trasladado en un coche fúnebre al Instituto Anatómico Forense de Oviedo, donde estaba previsto que se le practicara la autopsia.