Un agente de la Guardia Civil que estaba destinado en el puesto de San Antolín de Ibias cuando fue detenido se enfrenta a una pena de cinco años de prisión por su presunta implicación en una red de venta de drogas en Lugo. El agente, cuya identidad se corresponde con las iniciales A. O. V. P., se sienta en el banquillo junto otras tres hombres, uno de ellos dominicano y otro marroquí, que era quien facilitaba la droga a la red, según el escrito de acusación. El juicio se celebrará mañana, martes, en la Audiencia de Lugo. El acusado ya fue investigado por la gijonesa Pilar de Lara, titular del Juzgado número 1 de Lugo, en el curso de "operación Carioca", una trama de prostitución y corrupción de la que salió el "caso Pokémon".

Las defensas solicitaron la nulidad de las actuaciones, al considerar que De Lara instruyó el caso de forma irregular. Las actuaciones parten de una investigación de tráfico de drogas iniciada en 2008. A través de las escuchas se llegó a los acusados, que no tenían que ver con la trama investigada inicialmente. Los cuatro fueron detenidos en 2010. El guardia estaba destinado en ese momento en San Antolín de Ibias. Las defensas aducen además que la jueza De Lara se quedó el caso de forma ilegal, ya que tenía que haberlo entregado para reparto. La Audiencia ha rechazado estas alegaciones.

El fiscal considera que el dominicano J. L. V. le vendía droga al guardia, quien a su vez la facilitaba a J. J. D., incrementando el precio del gramo en dos euros. Éste facilitaba por su parte cocaína al marroquí H. M., que la distribuía en el norte de la provincia de Lugo. J. L. V. y A. O. V. P. fueron detenidos en Foz (Lugo) en agosto de 2010, tras regresar de vender droga en Villalba. En el momento de su detención, el agente llevaba 110 gramos de coca, así como su arma reglamentaria y 14 cartuchos, pese a estar de baja, algo totalmente prohibido por el reglamento de la Benemérita.