Un inmueble de Montecerrao, uno de los barrios más cotizados de Oviedo después del centro de la ciudad, iba a convertirse en el almacén de distribución de buena parte de la cocaína que se distribuiría por Asturias. Una ovetense de 60 años y su hija tenían previsto recibir en la vivienda 96 kilos de cocaína procedente de Brasil y Colombia que, una vez cortada (mezclada con otras sustancias), podría alcanzar un valor de diez millones de euros y engordar hasta sumar casi 300 kilos de droga. Pero sus planes se frustraron: la Policía detectó varios alijos en Portugal, escondidos en varias maletas. La operación se saldó con otros cuatro arrestos además de los de las dos mujeres, uno más en la capital del Principado y tres en Portugal.

La investigación empezó en 2014, cuando la Policía tuvo conocimiento de que en un establecimiento hostelero de Oviedo personas de nacionalidades brasileña y dominicana se dedicaban a la venta de drogas. Tras varias vigilancias, los agentes descubrieron que el dueño del bar, sudamericano, frecuentaba un inmueble del barrio ovetense de Montecerrao. En este proceso también se detectó un español con antecedentes por tráfico de droga que frecuentaba el mismo inmueble.

Tras varias averiguaciones, la Unidad de delincuencia y crimen organizado de la Brigada de la Policía Judicial de la Jefatura de Policía de Asturias se puso en contacto con la Unidad nacional de combate al tráfico de drogas del Cuerpo de la Policía Judiciaria de Portugal, que empieza a colaborar en las pesquisas. Fruto de esta colaboración, el dueño del bar ovetense fue detenido en Portugal cuando transportaba 44 kilos de cocaína para introducirla en España. Según la Policía, el destino final de esta droga, procedente de Sudamérica, sería la vivienda de Montecerrao que estaba siendo vigilada.

La Policía mantuvo los dispostivos de vigilancia, y tiempo después se detectó en las inmediaciones del inmueble de Montecerrao a otro hombre, también relacionado con el tráfico de estupefacientes, y con el que se inició una operación de seguimiento y vigilancia. Este individuo acabó detenido posteriormente en el Aeropuerto Humberto Delgado de Lisboa por la policía lusa. Llevaba con él otros 24 kilos de cocaína que presuntamente también debía introducir en España y entregarlo en la vivienda de Montecerrao. La Policía decidió continuar con las investigaciones, al entender que el entramado de tráfico de estupefacientes aún no estaba desmantelado. Así, el pasado mes de marzo constataron que la mujer que residía en la vivienda de Montecerrao podría estar preparando un nuevo viaje para recibir otra partida de droga. Así que agentes de Asturias se desplazaron hasta Lisboa para colaborar en el país vecino con los agentes de aquel país.

La operación culminó el pasado 19 de julio, con la detención de un español en la zona de llegada de pasajeros de un vuelo procedente de Belo Horizonte (Brasil). Se le intervinieron dos maletas con 30 kilos de cocaína repartidos en 27 paquetes. A continuación fueron detenidas las dos mujeres que residían en el inmueble de Montecerrao, la madre, de unos 60 años, y su hija, al ser conocedora, partícipe y beneficiaria del tráfico de drogas de su progenitora. En el domicilio, la Policía intervino cuatro teléfonos móviles, un ordenador, 935 euros en efectivo, un vehículo y diversa documentación.

La última detención se produjo el pasado jueves día 28. Se trata de otro español que ejercía funciones de correo presuntamente desde la vivienda de Montecerrao a otros puntos que no han sido determinados, pero que podrían ser de Asturias y de otras comunidades autónomas.

La droga era de gran pureza, con lo que su precio en el mercado podría ascender a unos 35.000 euros el kilo. Pero la venta al menudeo podría incrementar por tres su valor, lo que elevaría la cuantía a 10 millones de euros.