Tres personas de una misma familia han muerto, 300 resultaron heridas -dos de ellas graves- y miles han sido desalojadas a causa del incendio desatado en Funchal, la capital del archipiélago de Madeira, según el presidente de esta región portuguesa, Miguel Albuquerque.

El incendio, que comenzó el lunes en los arrabales de Funchal, se propagó rápidamente y amenaza con alcanzar el centro histórico, alimentado por el viento del norte de África y las altas temperaturas propias de esta época del año.

Las llamas han devorado edificios de viviendas, naves industriales y almacenes portuarios. Un hotel de cinco estrellas ha quedado reducido a cenizas.

Alrededor de un centenar de bomberos intentan sofocar el incendio, incluidos varios efectivos enviados de madrugada por el Gobierno portugués, al que el Ejecutivo de Madeira ha pedido apoyo material y económico para responder a la crisis y a la posterior reconstrucción. También se ha accionado el mecanismo europeo de protección civil por el que el país ya ha recibido el refuerzo de un avión anfibio Canadair procedente de Italia.

En España, la Brigada de Refuerzo Contra Incendios Forestales ha enviado dos helicópteros de la base de Tineo para colaborar en la extinción de un incendio en Santiago de Compostela, en la que también participan tres aviones anfibios de 6.000 litros de las bases de Lavacolla (La Coruña) y de Matacán (Salamanca). En total, cinco incendios con riesgo real para la población se mantienen activos en Galicia, concretamente en la localidad pontevedresa de Soutomaior (dos), en los municipios coruñeses de Santiago y Porto do Son, y en Avión (Orense).

Por otra parte, un helicóptero de la Brigada de Refuerzo Contra Incendios Forestales del Ministerio de Medio Ambiente (BRIF) se estrelló ayer en La Palma mientras trabajaba en la extinción del fuego que desde hace una semana afecta a la isla, sin más daños para sus dos pilotos que unas contusiones leves. El accidente ocurrió en el barrio de Tigalate, en las cercanías del volcán de El Cabrito, mientras el helicóptero descargaba agua para refrescar esa zona.

El joven alemán Scott Verdine Stumpf, acusado de ser el presunto autor del incendio forestal de La Palma, ya tenía antecedentes en Gran Canaria por maltratar a un perro, al que golpeó, pateó y mordió en el cuello. Su descuido provocó la muerte de una persona y que ardiera una superficie de 5.000 hectáreas.