Una zona boscosa de Barcia, en el concejo de Valdés, fue arrasada ayer por la tarde por un incendio que se desplazó hacia la zona de Caroyas y en dirección a Las Matonas.

Bomberos de los parques del occidente de Asturias y varios helicópteros siguen trabajando en las labores de estabilización del incendio declarado ayer en un pinar situado junto a la autovía A-8, en Barcia.

El fuego se inició sobre las 19.30 horas detrás del cementerio de Los Moros, en un área situada cerca de la Autovía del Cantábrico (A-8). Dos helicópteros y varios efectivos de bomberos se trasladaron para intentar controlar el avance de las llamas, aunque según las fuentes consultadas, las dificultades eran enormes ya que el área hacia las que se extendían es de difícil acceso. También indicaron que no existen viviendas, pero sí canalizaciones de suministro de agua.

El fuego, según ha asegurado hoy el consejero de Presidencia, Guillermo Martínez, quedó controlado hacia las tres de la madrugada, unas siete horas después de haberse iniciado en una zona de difícil acceso.

Martínez ha destacado que en las últimas horas se han declarado varios incendios más, pero que el más espectacular ha sido el de Barcia.

No obstante, ha dejado claro que la situación en nada se parece a la que se está viviendo en Galicia, comunidad a la que el Principado ha ofrecido colaboración ante los incendios que están arrasando cientos de hectáreas en los últimos días.

El consejero ha hecho un llamamiento para que se extremen las precauciones en jornadas como éstas, en las que aprieta el calor, y ha advertido de que hay que acostumbrarse a que se produzcan grandes incendios en meses en los que no se espera.

De hecho, ha recordado que, aunque julio y agosto no son los peores meses desde el punto de vista de fuegos forestales, el pasado año se quemaron más de mil hectáreas en el gran incendio que se declaró en el concejo de Tineo.

En Galicia, a los tres grandes incendios de Porto do Son, Arbo y Crecente, que continúan sin control y menazando a núcleos poblacionales, se unieron ayer otros dos, en Pontevedra y Orense.