Un hombre ha sido detenido como presunto autor de la muerte de unas tres mil truchas, valoradas en 12.000 euros, en una piscifactoría de la localidad praviana de Barganeiro, al desviar parcialmente el curso del río Aranguín, con el fin de regar unas fincas.

El propietario de la piscifactoría denunció los hechos el sábado de la semana pasada, indicando la muerte de las 3.000 truchas, de la especie arcoíris, presumiblemente a causa de una disminución del caudal del río. Esta reducción del caudal hizo que entrase menos agua en las piscinas donde se crían las truchas, reduciendo el oxígeno de las mismas y causando la muerte de los salmónidos.

El equipo técnico del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Oviedo, con apoyo de la patrulla del mismo servicio de Luarca, inició las investigaciones para esclarecer lo ocurrido.

Los agentes inspeccionaron las márgenes del río y localizaron aguas arriba de la piscifactoría un desvío parcial del cauce, dirigido a una finca. El Seprona concluye que fue este desvío parcial del río el que hizo disminuir el caudal, causando la muerte de las truchas. Ese día, además, las temperaturas superaban los treinta grados, lo que contribuyó a la muerte de los salmónidos.

Los agentes identificaron al vecino que había desviado el río y a continuación fue detenido por un delito de daños. El arrestado ya ha pasado disposición del Juzgado de Pravia, que instruye las diligencias previas por este presunto delito de daños.

La cría de truchas en piscifactoría es muy sensible a la falta de agua en los cauces. En épocas de ausencia de lluvias puede producirse una gran mortandad entre los ejemplares.