Al menos 159 muertos, más de 360 heridos y un número indeterminado de desaparecidos es el balance provisional del terremoto de 6,2 grados en la escala Richter que devastó en la madrugada de ayer pueblos enteros del centro de Italia, bajo la cordillera de los Apeninos. Una de las localidades más dañadas por el súbito temblor, registrado poco después de las tres y media de la madrugada, es la turística Amatrice, un pequeño pueblo situado en una colina y muy conocido internacionalmente por ser la cuna de la salsa "amatriciana" para pasta. "Es un pueblo que ya no existe", sentenció ayer su alcalde, Sergio Pirozzi. Esta zona está a cincuenta kilómetros de L' Aquila, donde en 2009 ya se produjo otro seísmo que se cobró más de 200 vidas. El movimiento sísmico ha sido de tal magnitud que llegó a notarse en la capital, Roma, donde despertó a buena parte de su población.

De las 159 víctimas reconocidas por Protección Civil a última hora de anoche, más de 70 corresponden a las localidades de Amatrice y Accumoli, en la provincia de Rieti, en la región de Lacio, y las otras 20 en Arquata del Tronto. Una de las víctimas mortales es una mujer de nacionalidad española, de unos 25 años, que residía con su pareja en Illica, según la Cruz Roja. Los responsables de Protección Civil advirtieron en una rueda de prensa que esta cifra está destinada a cambiar debido a la cantidad de personas desaparecidas y a que el área afectada por el terremoto es muy amplia, con numerosos pueblos. Además de Amatrice, otra de las localidades que prácticamente han quedado sepultada bajo los escombros de sus casas es Accumpli. "Necesitamos de todo. Se ha perdido todo, no tenemos nada", lamentó su alcalde, Stefano Petrucci, que confirmó la muerte de siete vecinos.

La respuesta del Gobierno italiano fue contundente. "No dejaremos a nadie solo, a ninguna familia. Nos tenemos que poner a trabajar, afirmó el primer ministro italiano, Mateo Renzi, en una breve declaración en la que señaló que la prioridad es "excavar para sacar vivas a las personas". Luego, avanzada la tarde, confirmó que el balance de víctimas mortales se elevaría por encima del centenar tras una primera estimación de 73 muertos. "Hay por lo menos 120 vidas truncadas", reconoció el jefe del Gobierno por la tarde. El Consejo de Ministros italiano se reunirá hoy para declarar el estado de emergencia, lo que permitirá liberar una gran cantidad de recursos y adoptar medidas con efecto inmediato, sin necesidad de tramitación parlamentaria. "Italia es hoy una familia golpeada, pero que no se detiene", declaró Renzi.

Pasadas más de doce horas desde el terremoto, los equipos de rescate centraban sus esfuerzos en localizar a posibles supervivientes bajo los escombros, un objetivo que resulta mucho más factible en las primeras 72 horas que siguen al siniestro, aunque uno de los problemas radica en que tras el temblor se han registrado más de 160 réplicas, algunas cercanas a los cinco grados en la escala de Richter, lo que acrecentaba el temor a que se produjeran nuevos derrumbes durante las tareas de rescate. El terremoto registrado en el centro de Italia liberó una energía similar a la explosión de 1.270 toneladas de TNT, según el Colegio Oficial de Geólogos (ICOG), que precisó que un movimiento sísmico de esa magnitud puede causar daños graves en zonas pobladas en un área de 160 kilómetros a la redonda.