Un hombre de 62 años que ingresó el pasado día 5 en el hospital portugués de Guarda, en la frontera con Salamanca, tras ser disparado por su padre fue detenido ayer tras recibir el alta médica acusado de haber acabado con la vida de su progenitor. Los hechos ocurrieron en el pueblo de Alfaiates, muy cerca de la frontera salmantina. La disputa se desató en plena calle, donde el padre, de 84 años, hirió a su hijo tras dispararle en el pecho y perforarle uno de los pulmones. El hijo le desarmó y le pegó un tiro mortal, sospecha la Policía.