Su nombre se empezó a escuchar a raíz de denuncias por agresiones sexuales en las que la víctima aseguraba no recordar lo que había ocurrido. Las evidencias físicas tampoco demostraban que hubiera existido agresión, y las analíticas no detectaban la presencia de sustancias tóxicas. Hasta que se empezaron a dar casos con las mismas características y se descubrió su uso no sólo para abusar sexualmente de mujeres, sino también para cometerse robos. Es la burundanga, conocida en Latinoamérica como "aliento del diablo". Una sustancia nueva, se dijo, con la que se pierde la voluntad y la memoria y que no deja rastro. En Asturias no se tiene constancia de su uso ni circulación, aseguran fuentes policiales y sanitarias. Lo que no significa que no estén en alerta.

Pero ¿qué es la burundanga? José Ramón Hevia, director del plan de drogas en Asturias, apunta la explicación técnica. En sí misma es el extracto de una planta ornamental, el estramonio, con flores en forma de campana y que se puede encontrar en los parques. Su principio activo es la escopolamina, y es altamente tóxica, por lo que debe ser usada en pequeñas dosis.

Pero lejos de ser una droga nueva, su utilización viene de antiguo. "Ya la utilizaron los alemanes en la II Guerra Mundial como suero de la verdad", explicó Hevia. De hecho, su uso aparece en la famosa película "Los cañones de Navarone" (1961), cuando en la parte final deben dejar a un capitán herido y le dan una información falsa porque saben que los alemanes le van a interrogar con una droga muy efectiva.

"No es que anule la voluntad, pero genera en quien la consume un estado de estupor que le vuelve vulnerable a estímulos externos. No se sabe situar en el momento ni en la situación real. La persona se vuelve muy indefensa y se deja hacer", explicó el director del plan de drogas.

La burundanga es una droga altamente tóxica, como también lo es la planta de la que procede y por eso apenas se utiliza ya en medicina, aunque en la década de los años 70 formaba parte del grupo de medicamentos que actuaba en el sistema nervioso periférico y como antídoto por intoxicación como una sustancia antagónica a otras.

Quienes ahora la utilizan para cometer delitos lo hacen en proporciones minúsculas, vertiéndolas en bebidas e incluso soplándola, de tal manera que sea inspirada por la víctima sin que sea consciente de ello. Pero causa efecto en muy pocos minutos.

"Se han descubierto casos de su utilización en el Sur y en el Mediterráneo, pero en Asturias no se tiene constancia de que se hayan presentado casos. Eso no quiere decir que no la haya, porque cuando se tiene noticia de su presencia es cuando se produce un fenómeno importante", explicó José Ramón Hevia.

Fuentes de la Consejería de Sanidad también indicaron que no hay noticias de que en los centros hospitalarios de la región se hayan presentado casos ni siquiera indiciarios de su uso.

La Policía se muestra cauta y en alerta. Si bien confirma que hasta ahora no hay ni siquiera indicios de que se haya podido utilizar para perpetrar delitos, ni tampoco se han producido incautaciones, asegura que "la prevención es fundamental", y que "nunca se puede asegurar que no hay este tipo de drogas en Asturias, por eso se mantiene la vigilancia igual que con otras sustancias".

Las autoridades tanto policiales como sanitarias advierten de que si bien es positivo alertar a la población para que se mantengan las precauciones (por ejemplo, no perdiendo de vista el vaso con una consumición), también temen que se genere una alerta que en el caso de Asturias, al menos de momento, estaría injustificada.

La Fundación de Ayuda Contra la Drogadicción también está pendiente de este fenómeno, que si bien no es nuevo sí se ha empezado a conocer ahora de manera más popular. Fuentes es esta institución explicaron que en los estudios realizados recientemente, la burundanga no figura siquiera en el listado del consumo de nuevos estupefaciente. Es más, ni siquiera se hace referencia a ella.

Pero los últimos casos conocidos hacen pensar que quizás haya muchos más y que sus víctimas no se han atrevido a denunciar porque no recuerdan lo que ocurrió y en su cuerpo no figuran marcas ni rastros de violencia. Es el miedo a no ser creídas por falta de evidencias. Son doblemente víctimas de la burundanga o el "aliento del diablo".