La investigación en torno a la desaparición de Diana Quer -de la que nada se sabe desde la madrugada del 22 de agosto- avanza en diferentes líneas, entre las que destaca el análisis del móvil de la joven -hallado en aguas de la ría de Arousa, bajo el puente de Taragoña- o el rastreo de la comarca en busca de alguna pista. La colaboración ciudadana es otro de los puntales de un trabajo minucioso que pasa también por la revisión de pozos y fábricas abandonadas. Así lo relataba esta mañana en Espejo Público un vecino de Boiro que alertó a la Guardia Civil de una antigua conservera en estado ruinoso donde se habría registrado movimiento nocturno. El hombre explicó que había encontrado cinta y cuerda que desparecieron en los días posteriores en plena expliosión del caso Diana Quer. Y matizó que se trataba de una zona frecuentada por personas poco recomendables.

Los trabajos de rastreo forman parte del protocolo habitual en este tipo de investigaciones. Sin embargo y, a pesar de los avances que en los últimos días se han registrado -el hallazgo del móvil o el perfil de los sospechosos-, lo cierto es que a día de hoy nada se sabe aún -al menos que haya trascendido- de la joven de Madrid que acudía cada verano a pasar unos días en el concello de A Pobra.

En los últimos días la Guardia Civil tendría en el punto de mira a tres sospechosos de Boiro -donde se centran las pesquisas- con antecedentes en algún caso por tráfico de drogas, algo que oficialmente no se ha llegado a confirmar dado que el caso se encuentra bajo secreto de sumario.