El presunto pederasta de Ciudad Lineal, Antonio Ortiz, no elegía a las menores que sufrirían sus ataques sexuales al azar, sino que observaba a sus víctimas, de entre 5 y 9 años, antes para ver cuál se ajustaba más a sus preferencias. Así se desprende de la declaración en el juicio de uno de los agentes de la Policía que auxilió a una de las madres nada más desaparecer su hija.