El acusado de intentar matar a su padre de una puñalada en Avilés en 2014 ha aceptado esta mañana seis años y tres meses de internamiento en un centro psiquiátrico, así como una orden de alejamiento de la víctima de seis años, en un pacto alcanzado entre el Ministerio Fiscal y los abogados de la defensa y la acusación.

Las tres partes han logrado el entendimiento al inicio de la vista oral celebrada hoy en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Asturias, con sede en Oviedo, en la que el acusado se ha mostrado "de acuerdo" con la petición. El centro psiquiátrico en el que será ingresado, al que se trasladará desde su internamiento actual en la Cárcel de Asturias, quedará establecido en la ejecución de sentencia, según han precisado los abogados, que han coincidido en que en España hay pocos equipamientos para acoger a este tipo de internos.

El Ministerio Público considera que, en el momento de los hechos, el procesado tenía totalmente anuladas sus facultades debido a diferentes alteraciones mentales que padece y a un trastorno psicótico agudo por consumo de tóxicos. La Fiscalía relataba en su escrito que, en hora y fecha no determinada del mes de diciembre de 2014, pero en todo caso antes del día 15, el procesado se reunió en Pravia con sus padres, con los que no convivía, para que le acompañasen a recoger unos enseres depositados en un trastero propiedad de la familia. Ante la negativa de sus progenitores, el procesado esgrimió contra ellos una pistola de fogueo que llevaba consigo, al tiempo que les decía "haced lo que os digo, que tengo una pistola".

El padre se abalanzó entonces sobre el procesado, iniciándose un forcejeo entre ambos, en el curso del cual se produjeron dos detonaciones, hasta que el progenitor logró finalmente hacerse con el arma. Posteriormente, sobre las cinco de la tarde del 15 de diciembre de 2014, el procesado se dirigió hacia el lugar de trabajo de su padre, en Avilés. Una vez allí, según el relato de la Fiscalía, cogió un cuchillo de cocina, se abalanzó sobre su progenitor y le asestó una puñalada detrás de la oreja izquierda, al tiempo que profería expresiones tales como "lo tengo que matar, lo tengo que matar". El procesado fue reducido por trabajadores de la empresa presentes en el lugar. La víctima sufrió lesiones de las que tardó en curar 10 días y le quedó una cicatriz de cuatro centímetros en la región temporal izquierda de escaso perjuicio estético.

Según el Ministerio Público, en el momento de la comisión de los hechos, el procesado fue diagnosticado de trastorno límite de la personalidad, trastorno de ansiedad generalizada y depresión, trastorno de inestabilidad emocional de la personalidad y de trastorno debido al consumo de cannabis.