El combustible se agotó. Ésa es ya la causa oficial del accidente del avión en el que viajaba el equipo de fútbol brasileño del Chapecoense y en el que perecieron 71 personas el pasado 28 de noviembre. El informe preliminar de la Aeronáutica Civil colombiana, presentado ayer, certifica la existencia de varias irregularidades de procedimiento y descarta la posibilidad de un fallo técnico. "Ellos eran conscientes de que el combustible que tenían no era el adecuado ni suficiente", dijo el secretario de Seguridad Aérea de Aerocivil, el coronel Fredy Bonilla, quien detalló que el piloto habló en varias ocasiones con la tripulación sobre la posibilidad de hacer una escala para repostar, pero decidió continuar hacia su destino, el aeropuerto de Medellín. Según la investigación, en el plan de vuelo presentado por el piloto, la autonomía de la aeronave era de cuatro horas y 22 minutos, exactamente el tiempo de vuelo, cuando debería haber tenido combustible al menos para hora y media más.

Mientras tanto, en la investigación de otro accidente de aviación, el del Túpolev que se estrelló en el Mar Negro el domingo y en el que perecieron sus 92 pasajeros, militares rusos, periodistas y 64 integrantes del Coro del Ejército Rojo, un portavoz de la Presidencia rusa aseguró ayer que el atentado terrorista no se encuentra entre las principales hipótesis sobre las causas. Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso negó además que las víctimas llevaran puesto el chaleco salvavidas antes del impacto. Esa información, difundida por una agencia de noticias, habría sugerido que los pasajeros sabían que la aeronave se iba a estrellar. Los cuerpos de la mayoría de los pasajeros podrían estar dentro del fuselaje, que permanece sumergido en el mar.