La veigueña Natalia Fernández cumplió hoy diez años convertida en una auténtica heroína. Ayer al anochecer sufrió un aparatoso accidente de coche junto a su madre y, gracias a su manejo del móvil y a su tranquilidad, fue capaz de guiar a los bomberos para que pudieran localizarlas y rescatarlas. Esta mañana, aún dolorida por el golpe, contaba su historia: "Vimos un bicho pequeño en la carretera y mi madre frenó, giró el volante y se le fue el coche". Cayeron por un desnivel de más de cinco metros, en un punto de difícil acceso, pero lograron salvar sus vidas.

Todas las personas implicadas en el rescate elogiaron el buen hacer de la pequeña que, ante el nerviosismo de su madre, tomó las riendas de la situación y llamó a emergencias. "Muy brava, un diez la niña", señala Quicó Jordá, uno de los tres bomberos del parque de Barres que lideraron el operativo. Asegura que es "muy extraño" que sean los menores los que resuelvan este tipo de circunstancias y que actuó "con mucha sangre fría".

Madre e hija circulaban por la AS-11, la carretera que comunica Vegadeo con La Garganta, y que conduce al pueblo de Castromourán (Vegadeo) donde reside la madre, Elisángela de Oliveira. A la altura de Piantón sufrieron el fatal accidente y fueron a caer junto al arroyo Gemarán, en un punto lleno de maleza, lo que dificultaba localizarlas.

Cuenta la pequeña que lo primero que hizo fue ayudar a su madre, que estaba más malherida, a salir de su asiento y pasar a la parte trasera del vehículo. Llamó al 112 y empezó a dar las indicaciones oportunas para que las localizaran. Primero envió su ubicación a través del teléfono pero no resultó bien, así que la siguiente idea del personal del 112 fue hacer sonar las sirenas y pedir a la pequeña que tocara el claxon del coche cuando los oyera cerca. Fue así como lograron llegar al punto del siniestro y rescatarlas.