Conseguir la mejor foto o contar la mejor experiencia pudo costar muy caro ayer a las siete personas que se cayeron al lago Ercina, en la montaña de Covadonga, cuando paseaban por su superficie congelada. Ocurrió en las horas centrales del día y, por suerte, todo quedó en un susto. Cuatro chicas se adentraron en el lago congelado para hacerse un "selfie" y el hielo bajo sus pies cedió y se hundieron hasta la cintura. Las desafortunadas protagonistas de este incidente estaban en un grupo con niños, también sobre un lago congelado que tiene entre 10 y 20 metros de profundidad. En teoría, entrar en los lagos está prohibido, pero el desconocimiento o puede que la osadía mezclada con las ganas de una vivencia única rompió esta barrera. Las mujeres "salieron como pudieron", relató un testigo del accidente al portal local Arriondas.com, aliviado por que no hubiera sucedido nada, ya que las posibilidades de un final trágico en estos casos son altas.

Pero no fueron las únicas imprudentes que pisaron el gélido lago Ercina, ya que el suceso se repitió poco después. "Había tres chicos que estaban caminando por el lago, haciéndose fotos y bromeando con otras personas que les animaban a gritos. De repente, el hielo se rompió y dos de ellos se cayeron dentro", describió una testigo poco después de las cinco de la tarde. Según su relato, un tercer varón se colocó en el borde del lago para intentar tirar de ellos y también cayó dentro.

"Intentaron salir y el hielo del borde se rompió un par de veces, hasta que debieron encontrar una zona más dura y, arrastrándose como pudieron, consiguieron salir", expuso la mujer antes de apuntar que a los tres "se les debieron de quitar las ganas, porque salieron al borde". La diversión ayer en el lago Ercina pudo haber salido realmente cara, pues a la imprudencia de estas personas se sumó la violencia de los jóvenes que se entretuvieron poniendo petardos en las grietas del hielo. Esta intervención no está relacionada con los dos incidentes anteriores, pero sin duda podría haber puesto en peligro a más personas.

Si bien es cierto que se trata de una estampa que no se ve todos los días, también lo es que las temperaturas han subido y el visitante no sabe cómo se produce el deshielo, por lo que no debería adentrarse en un suelo que podría ceder en cualquier momento.