Lo detuvieron al pesar sobre él una requisitoria judicial de búsqueda y detención dictada por un Juzgado de Madrid, pero una vez trasladado a la Comisaría de General Yagüe cayó con todo el equipo. El hombre -de 33 años de edad y nacionalidad venezolana- se había tomado un laxante poco antes de ser arrestado para extraer de su cuerpo las 40 bolas de cocaína que con las que llegó a Asturias desde su país, y el medicamento hizo efecto en los calabozos, destapando el alijo que llevaba en el interior de sus intestinos. No pudo aguantarse y los agentes de la Policía Nacional acabaron por descubrir 618 gramos de coca que tenían Oviedo "como destino". La detención se produjo en la madrugada del día 16 de enero, poco después de que el hombre, sin saber que iba a ser capturado, se hubiese tomado el laxante para expulsar la droga. En el momento en que el detenido se encontraba en los calabozos e iba a ser puesto a disposición judicial, los agentes responsables de su traslado pudieron observar cómo del interior de la pernera de su pantalón "se desprendía un pequeño paquete de unos 15 gramos de peso que pudiera contener cocaína". Eso fue lo que le delató.

A partir de ahí los investigadores tiraron del hilo y pudieron comprobar que el detenido había extraído del interior de su cuerpo -ya en dependencias policiales- nueve cápsulas de cocaína que intentó ocultar dentro de su ropa interior en el momento del traslado. Al percatarse de lo que estaba ocurriendo, los policías lo llevaron al hospital, donde el venezolano expulsó otras siete bolsas con coca. El detenido ya había iniciado el proceso para recuperar la droga de su interior antes de ser detenido, por lo que los investigadores también encontraron otras 19 cápsulas de cocaína en el interior de su equipaje.