"Lo puso a vivir y le pagó estafándolo y matándolo", aseguró ayer el ovetense Fran Salan, sobrino del empresario de origen lenense Roberto Fernández Montes, Rober, de 67 años, afincado desde niño en Argentina, y que fue asesinado por su yerno y un exempleado el pasado sábado, aunque hasta anteayer, martes, no fue identificado. El cuerpo del empresario fue encontrado el domingo en una cuneta de Cañuelas, en las afueras de Buenos Aires, carbonizado y partido a la mitad. Sus familiares lograron identificarle por un colgante que llevaba al cuello.

Su muerte fue atroz. Han sido detenidos su yerno, César Ricardo Arce López, de 43 años, y un exempleado, Santiago Corona, de 34. Los dos fueron grabados el sábado, día en la que el empresario desapareció, arrastrando lo que parecía ser un cuerpo ensangrentado cubierto por una manta. Lo metieron en el coche de su hija pequeña y se marcharon. El vehículo también fue quemado.

El motivo del crimen fue robarle 20.000 dólares que el empresario tenía en su apartamento, en el barrio bonaerense de Caballito, pero también evitar que Fernández denunciase a su yerno por una estafa de un millón de pesos, unos 63.000 dólares. La Policía encontró el dinero robado y Arce, que había participado en la búsqueda de su suegro, terminó entregándose.

Fernández salió con 2 años de Vega del Ciego (Lena) con sus padres y sus dos hermanas. El padre ya no regresó más a Asturias; no así su hijo, "un enamorado del paisaje, de la gastronomía y de su familia asturiana", según Fran Salan, que se mostró entristecido por el salvaje final de "un hombre muy cercano". La noticia fue recibida por sus familiares asturianos "con mucho estupor". "No nos lo creemos, lo queríamos mucho. Últimamente venía más, cada tres años, y se quedaba quince o veinte días. Una de las veces, vino con su pareja, María del Carmen. Se quedaba en nuestras casas de Oviedo o Gijón, le gustaba mucho la playa. Su madre falleció no hace un año, a punto de cumplir 104 años", indicó Salan. "No les fue mal en Argentina. Echaron raíces allí, pero siempre con la vista puesta en Asturias".

Fernández Montes tenía una empresa de maquinaria de movimientos de tierras, Mini-Vial. Viudo, era padre de dos hijas, una de las cuales se casó con César Ricardo Arce, con el que tiene dos hijos, de 1 y 2 años. Esto evitó que Fernández denunciase, a pesar de que su yerno maltrataba a la hija. "A ese individuo lo metió en los negocios como encargado. Lo puso a vivir, porque no tenía oficio ni beneficio. Contrajo créditos sin saberlo Roberto y le iba a denunciar", aseguró Salan.