¿Por qué, amigo? ¿Por qué te has ido ya tan pronto?... Con todo lo que nos quedaba por hacer juntos, con todos los buenos momentos que pasé junto a ti.

Fue un placer haber tenido a un amigo como tú; más que un amigo, un hermano, eso eras para mí y espero haberlo sido yo también para ti. Que estoy seguro que lo era porque sólo tú y yo sabíamos todo lo que nos queríamos, eras de esos amigos que jamás se olvidarán, con tus virtudes y tus defectos, pero con un corazón enorme; todo junto a ti son buenos recuerdos.

Nos conocemos desde que tengo uso de razón, toda nuestra vida juntos. ¿Por qué tiene que pasar? ¿Por qué? Para mí no te has ido, hermano, para mí seguirás conmigo siempre, pero me va a ser muy duro no poder verte ni abrazarte más. Si estás en algún lugar y pudieras ver esto recuerda que estarás conmigo toda mi vida en mi día a día como siempre hicimos, sólo decirte que ¡¡¡te quiero campeón!! Me siento muy orgulloso de haber formado parte de tu vida, gracias por haberme dejado compartir junto a ti tantos buenos momentos.

Muchísimo ánimo a todos tus familiares y seres queridos, ¡mis más sentidas condolencias!

No se muere quien se va, sólo se muere quien se olvida y yo ¡no te olvidaré nunca, Fidel!

Te quiero.

Descansa en paz.