La policía francesa sospecha que un estudiante de 21 años con problemas psicológicos y desaparecido pudo haber matado a sus padres y a su hermana, de los que no se tiene noticia desde hace doce días, aunque sí se han encontrado restos de sangre en el domicilio familiar.

Los investigadores creen que Sébastien Troadec podría haber matado a los otros miembros de su familia e incluso haberse suicidado.

La Policía encontró en la vivienda familiar, a las afueras de Nantes, restos de sangre de los padres y de Sébastien, pero no de la hija, Charlotte, de 18 años. La mayor parte de la sangre correspondía a los dos progenitores, Pascal y Brigitte, cuyos coches estaban delante de la vivienda, a diferencia del Peugeot 307 del principal sospechoso, que todavía no se ha localizado.