"Mi hija nunca maltrataba al niño, al contrario". El padre de la joven de Pola de Siero acusada de consentir que su pareja maltratase a su hijo de 3 años, por lo que estuvo ingresado en la uci pediátrica y pasó un mes en el hospital, defendió ayer durante la vista oral que desconocía que el novio de su hija pegase al pequeño, hasta que el propio niño se lo dijo un día. También el padre del acusado negó que hubiese malos tratos. Es más, afirmó que su hijo y el pequeño iban a menudo a su casa y que jugaban juntos.

El Juzgado de lo penal número 4 de Oviedo celebró ayer la primera jornada de la vista oral contra una pareja de Siero, ahora rota, por el maltrato del hijo de ella, a la que han retirado la custodia y que ahora vive con su padre biológico. La Fiscalía pide cuatro años y seis meses de prisión para él por maltratos y tres años y seis meses para ella por consentirlo. Ambos se declararon inocentes.

Los hechos se remontan a julio de 2014, cuando la acusada llevó a su hijo al hospital, donde descubrieron la gravedad de los hematomas y heridas que el pequeño tenía por todo el cuerpo, incluso en el abdomen, hasta el punto de que tuvo que ser alimentado de manera artificial a través de una sonda.

Los primeros testimonios, y los más contundentes, fueron los de los trabajadores del centro de acogida al que fue trasladado el pequeño cuando recibió el alta tras su hospitalización.

Todos ellos coincidieron en que el niño les había comentado, por propia iniciativa y por separado, en distintos días, que quería ir con su mamá, pero no con su novio porque le pegaba. También indicaron que cuando le bañaban pedía que fuera con agua "calentita" porque él le bañaba con agua fría.

Otra coincidencia fue que durante el tiempo que el niño estuvo en el centro iban a visitarlo la madre y los abuelos maternos y que la relación era "cariñosa", incluso "superafectuosa y cercana", y que la madre del niño "le cogía en cuello y sabía calmarle".

Los abuelos reconocieron que el niño tenía hematomas y golpes, pero lo achacaban a que tenía los pies planos y se caía a menudo. Sin embargo, los profesionales del centro de acogida declararon que no se caía más que cualquier otro niño de su edad.

El padre del acusado indicó que el día antes del ingreso el niño se quejó de que le dolía la barriga, que tenía como un golpe, y que recomendaron a la madre llevarle al médico.

La vista oral continúa hoy con los últimos testigos y las conclusiones definitivas de las partes.