Ocho mujeres y un hombre forman desde ayer el jurado encargado de decidir la culpabilidad o la inocencia de Miguel Ángel Muñoz Blas. Se trata del único acusado por el brutal asesinato de la peregrina estadounidense Denisse Pikka Thiem, desaparecida en abril de 2015 en el entorno de la localidad leonesa de Castrillo de los Polvazares cuando realizaba el Camino de Santiago. El presunto autor de los hechos, que primero confesó y luego se retractó, fue detenido el 11 de septiembre del mismo año en Grandas de Salime, tras haber abandonado la comarca de la Maragatería para realizar varias etapas de la ruta jacobea por Asturias sin haber despertado sospechas entre el resto de caminantes.

La selección del jurado, en el que hay otras dos mujeres como suplentes, centró la primera jornada del juicio por el "crimen de la peregrina" que se celebró ayer en la Audiencia Provincial de León. La vista continúa hoy con la declaración del acusado. El abogado defensor de Miguel Ángel Muñoz aseguró poco antes del inicio de la sesión que confía "sinceramente" en que su cliente salga libre. Por su parte, la acusación particular considera "claro" que "sólo quien mató a Pikka podía conocer ciertos detalles" del caso como dónde se encontraban los restos mortales de la mujer, subrayando a este respecto que fue Muñoz quien condujo a los agentes hasta el cadáver.

Aunque no estaba previsto, el acusado, de 41 años de edad, acudió ayer por la mañana a la Audiencia, a petición de su abogado, para preparar la declaración de hoy. Según el letrado, Vicente Prieto, Miguel Ángel Muñoz está dispuesto a responder a las preguntas de todas las partes.

A la hora de defender la inocencia de su cliente, Prieto le presentó como un "chivo expiatorio" de las presiones ejercidas al más alto nivel por Estados Unidos (EE UU) para acelerar la investigación del crimen, que, a juicio de las autoridades norteamericanas, estaba languideciendo. "Había que solucionarlo de alguna manera y Miguel Ángel tenía el perfil psicológico de la persona que vive apartada, pero si se impone la razón y la justicia yo espero que salga libre", aseguró el abogado.

En cuanto a la confesión realizada por el detenido, el letrado recalcó que cuando fue arrestado se declaró inocente. "No sabemos qué ocurrió entre la primera declaración y la segunda. Trataremos de averiguarlo a través de los informes jurídicos y psicológicos", indicó. Además, aseguró que Muñoz supo la ubicación concreta del cadáver porque "hacía ejercicio por la zona y ya le había llamado la atención el olor". Sobre las razones por las que su cliente tenía en su poder algo más de mil cien dólares que pertenecían a la peregrina, Prieto aseveró que "los encontró y, como nadie reclamó, se los quedó".

Una de las abogadas de la acusación particular, Esther Arabaolaza, subrayó en la Audiencia que la defensa del acusado sólo puede basarse en "negar los hechos y pensar que ha sido una conspiración judeomasónica de la Policía y de todo el mundo".

Otro letrado de la acusación, Javier García, agregó que la culpabilidad del acusado quedó clara tanto por su confesión como por los detalles que aportó en la reconstrucción. "Sólo la persona que mató a Denisse lo podía saber. Nadie más", subrayó este abogado. El mismo día que fue detenido, Muñoz condujo a la Policía hasta un paraje situado entre las localidades de Santa Catalina de Somoza y San Martín de Agostedo, señalando el lugar donde habría escondido el cadáver de la mujer estadounidense.