Las labores de búsqueda la tercera persona que se supone fue arrastrada por el fuerte oleaje el pasado miércoles en Puerto Santiago fueron suspendidas este jueves por aire y por mar, aunque por tierra trabaja la Policía Local del municipio. Esta medida se ha tomado tras no recibir las autoridades ninguna denuncia sobre la ausencia en establecimientos hoteleros.

Las dos víctimas mortales de la tragedia de Puerto Santiago son naturales de la Península. Se trata del joven David Patiño Vilas, de Pontevedra, que residía en Tenerife y de una mujer de 74 años, Isabel Gallardo Garrido, natural de Palencia y que llegó a la Isla en un viaje vacacional del Inserso y se hospeda en hotel Tamaimo Tropical. Este jueves los familiares y amigos de David se mostraron abatidos. "Era un chiquillo maravilloso", repetía María Patiño, una vecina de la parroquia pontevedresa de Estribela que es tía del fallecido. La fatal noticia la recibieron el miércoles por la noche, horas después del trágico suceso. David Patiño Vilas, según relata esta familiar, se había ido hacía varios años para Tenerife, donde acabó empadronándose. Residía con su novia, natural de Sevilla. "Estaba muy contento allí", cuenta esta mujer, destrozada por lo ocurrido. Define a su sobrino como un joven "cariñoso y encantador" que era un apasionado de las actividades deportivas. "Le gustaba mucho andar, el senderismo, y también la bicicleta...", afirma.

David era natural de la parroquia de Placeres, en Pontevedra. Allí reside su madre, viuda. Tiene una hermana que en la actualidad está afincada en Zaragoza y próxima a casarse, así como un hermano que vive en Marín. "Todos estamos muy mal", afirma María, que recuerda que su sobrino, que recibió formación relacionada "con el ámbito de la electricidad", estaba en las islas Canarias desde hacía ya varios años. "Cuando ocurrió todo lo de la crisis decidió marcharse para allí a trabajar; se empadronó hace un año", describe.

"Era un chico muy cariñoso con su madre, muy familiar", agrega su tía. Sobre lo ocurrido el miércoles por la tarde, esta familiar relata que David había acudido a las piscinas naturales con su compañera sentimental. "Había también turistas por la zona; él estaba en la orilla, intentó ayudar a una señora, rescatarla, y el mar le traicionó...", relata. "Su novia tuvo que ser ingresada debido al shock nervioso que sufrió, está muy afectada", cuenta. Pese a estar afincado en Tenerife, David Patiño acudía todos los años a su residencia familiar en Pontevedra. En la época de las pasadas navidades estuvo, como siempre, en casa, contaba ayer su tía. El fallecido será enterrado en el cementerio de la parroquia de San Andrés de Lourizán. Mientras, la Policía Judicial de la Guardia Civil de Las Américas investiga porqué el acceso a las piscinas que tienen puerta y las llaves obran en poder la Policía Local de Santiago del Teide no se encontraban cerradas, a pesar de que existía un aviso de prealerta por fenómenos costeros adversos.

Los fallecidos se encontraban en el Instituto de Medicina Legal para la práctica de la autopsia y una vez finalizada serán repatriados a sus lugares de origen.