Final feliz. El espeleobuceador Francesc Gràcia fue rescatado ayer en buen estado tras permanecer dos días desaparecido en la Cova de sa Piqueta, en Manacor. El operativo, uno de los más complejos de los últimos años en Mallorca en el que participaron 60 personas, culminó cerca de la medianoche tras una maratoniana y angustiosa jornada. Gràcia, de 55 años, fue encontrado a 900 metros de la entrada a la gruta, en una cavidad de unos 20 metros cuadrados y a 40 de profundidad donde se resguardó el sábado al sufrir un problema técnico en su botella de oxígeno. Anoche, sobre las once y media, salió por su propio pie y fue recibido con aplausos y gritos de alegría por sus familiares, amigos y equipos de rescate.

Tres médicos atendieron al espeleólogo durante treinta minutos para que se habituase a la luz artificial. Después fue trasladado en una camilla hasta la ambulancia para conducirlo hasta el hospital de Manacor.

El domingo los técnicos de emergencias habían intentado primero acceder al lugar donde creían que podía estar Gràcia abriendo un agujero en la roca para suministrarle oxígeno y víveres. Una perforadora abrió un boquete de 37 metros de profundidad, pero no lograron llegar a él.

7

Búsqueda de Xisco Gràcia, perdido en la cova de sa Piqueta

Ayer por la mañana se optó por realizar una nueva incursión en la gruta. John Freddy y Bernat Clamor, dos integrantes del Grup Nord de Mallorca, expertos en espeleobuceo como Gràcia, recorrieron de nuevo la galería sumergida, dejando botellas de aire en el camino, ya que no era posible realizar todo el recorrido con una única bombona. Las condiciones eran mucho mejores que las del domingo, cuando apenas pudieron recorrer 100 metros porque el agua estaba muy turbia. Los datos disponibles situaban a Gràcia a unos 900 metros de la entrada.

Bernat Clamor consiguió encontrar a Gràcia sobre las seis de la tarde en una cavidad de unos 20 metros cuadrados y comprobó que estaba vivo y en aparente buen estado. Llevaba allí, esperando ser encontrado, dos días, con una fina capa de agua dulce como única bebida. Le dio agua y alimentos y estuvo con él media hora. Gràcia le comentó que había perdido totalmente la noción del tiempo, y pensaba que llevaba unos cinco días atrapado. Había oído el ruido de la perforadora y creía que era un generador, y cuando los golpes pararon pensó que habían dejado de buscarle y se derrumbó. Bernat Clamor volvió a salir y alertó del hallazgo. Los amigos de Gràcia se fundieron en abrazos de alegría.

Se puso en marcha la última fase del rescate. Un agente del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil y un especialista en espeleorrescate se adentraron de nuevo en sa Piqueta para ir donde esperaba Gràcia y acompañarlo en su salida.