Lo que apuntaba a ser una noche de pasión este sábado terminó por convertirse para algunos vecinos de Pola de Siero en un pequeño calvario. Un incendio provocado por una vela con la que un hombre quería dar una sorpresa romántica a su novia terminó por generar un incendio que se saldó sin daños físicos, pero con cuarenta vecinos esperando a la intemperie durante una hora la extinción de las llamas.

Los hechos tuvieron lugar en un cuarto piso de la calle Carlos de Quirós Rodríguez de la capital sierense en torno a las diez y media de la noche. El hombre decoró con velas el salón para agasajar a su novia, a la que marchó a buscar para llevarla de vuelta al domicilio y sorprenderla. Sin embargo, y por causas que se desconocen, una de las velas se cayó iniciando el fuego en ausencia de los habitantes del piso.

Los primeros indicios del incendio los tuvieron algunos vecinos del bloque. "El humo empezó a entrar por debajo de la puerta y cuando salí ya estaba todo sin luz y no se veía casi nada", declaraba una vecina que inmediatamente procedió a evacuar su vivienda casi al mismo tiempo que los propietarios de la vivienda afectada llegaban al lugar y se percataban de lo sucedido.

Inmediatamente, siendo ya las once de la noche, se alertó a los Bomberos, que se desplazaron hasta el lugar para tratar de extinguir el fuego, del que no se llegaron a ver ni las llamas, mientras que la Policía Local procedió a desalojar las viviendas, sacando a la calle a entre 40 y 50 personas. "Estuvimos una hora esperando a que ventilaran todo", comentó un vecino que valoraba con humor las causas del suceso. "Debería saber que eso ya no se lleva", sostenía el hombre, mientras que otro iba más allá y se apiadaba del resultado de las buenas intenciones del afectado. "Está claro que no se puede ser romántico", dejó caer con una sonrisa para, a continuación, felicitarse porque las consecuencias no fueron a más. "Por suerte, todo se quedó en anécdota", apostilló.

Finalmente y tras media hora de trabajos, los bomberos lograron extinguir el fuego y ventilar el bloque, en el que se vieron especialmente afectados por el humo las viviendas de los pisos superiores. "Se respiraba un poco mal, pero en un momento lograron despejar la zona", declaró otro lugareño sobre los efectos de un incendio que sólo se cebó con un sofá y las persianas de las ventanas más próximas al lugar en el que se situaba el sofá.

El resto de daños fueron colaterales y poco considerables, pues consistieron en manchas provocadas por el humo y la retirada del material calcinado en los espacios comunes de la cuarta planta, el propio ascensor y la entrada del bloque, en la que ayer descansaba el sofá a la espera de ser trasladado a un punto limpio.

Un resultado que sin duda quedó muy lejos del esperado por los dueños de la vivienda, que pasaron la noche fuera del piso en el que se iniciaron las llamas, pero no impidió al resto de los vecinos volver a sus casas a partir de las once y media de la noche. Momento en el que comenzaron a comentar una curiosa historia que corrió de boca en boca desde la medianoche del sábado, especialmente por el barrio de Siero Este de la localidad polesa, ante el revuelo generado por el despliegue de unos bomberos que finalmente tuvieron una labor más sencilla de lo esperado.