La burra Margarita estaba tan mal nutrida que no podía caminar. Había desarrollado minitis, una enfermedad de los cascos provocada por la falta de nutrientes, por la que cada paso se convertía en una tortura, según ha declarado esta mañana el veterinario que trató de salvarle la vida en el juicio celebrado en la Juzgado de lo penal número 2 de Oviedo. "Es lo más doloroso que puede sufrir un equino", ha indicado Luis Gonzalo Bernardo, que no ha ahorrado detalles sobre el mal estado del animal. Las últimas semanas de Margarita fueron terribles, hasta desarrolló una parálisis cerebral por falta de nutrición que le impedía sostener la cabeza de un lado. Sufría una deshidratación tan severa que los sueros que le administraron no pudieron salvarle la vida.

El acusado de dejar morir al animal se lavó las manos esta mañana. "Yo la compré, pero en realidad era de mi hijo, que tenía 14 años en aquella época", ha asegurado Iván H. G., de etnia gitana y residente en las viviendas sociales de Lledías, en Llanes. "La burra se puso mala de un día para otro. Ya vino muy mala cuando la compré, pero le di de comer y mejoró. Pero un día no pudo levantarse", ha relatado. El acusado negó todo. "Ni estaba abandonada entre escombros, ni a la intemperie. El día que fueron a buscarla había llovido y por eso había un barrizal", ha indicado. Papeles no tenía la burra, porque "antes no hacía falta".

Iván H. G. está en tercer grado. Por eso ha peleado este juicio, porque en caso de condena puede terminar en la cárcel. Su letrado, Emilio Matanza ha señalado que no se puede hablar de maltrato, en todo caso abandono o una mala nutrición del animal. Al parecer, el dueño solo le daba pan. "No tiene conocimiento sobre la alimentación que había que darle", ha defendido el abogado. Por eso ha pedido la libre absolución. El fiscal Alejandro Cabaleiro ha mantenido una pena de nueve meses de prisión para el acusado, así como el pago de los mil euros que la clínica veterinaria Mundo Vivo gastó para tratar de salvar a la burra. El fiscal se preguntó en voz alta: "Lo que no se entiende es por qué se compra uno un animal si no tiene ni pasto ni un lugar para atenderlo".