La monja japonesa Kosaka Kumiko ha sido acusada de encubrir a los sacerdotes que, durante años, abusaron sexualmente de los niños sordos que tenían a su cuidado en el Instituto Provolo de Mendoza, en Argentina. Según la investigación, era además la encargada de identificar a los niños más vulnerables para entregárselos a los curas.

Una de las víctimas, una joven de 17 años, declaró que ya recibió abusos cuando tenía 5 años y que Kumiko le colocó un pañal para detener la hemorragia que le generó la violación, según el diario Clarín.

La religiosa también está acusada de pegar a los alumnos sordos y de obligarlos a comer hasta vomitar en su propio plato.

De los sacerdotes, el de mayor poder en la institución, el italiano Nicolás Corradi (82), arrastra denuncias de abuso sexual a niños desde 1984, en Verona, Italia. Fue trasladado a Argentina para encubrir sus actos aberrantes. Hay además otros cuatro arrestados: otro cura, el celador, el monaguillo y el jardinero del centro.