"Fue un despiste, una imprudencia leve", aseveró ayer el abogado de la defensa de la mujer que arrolló a un motorista en la A-66 a la altura de Siero provocándole severas lesiones que le impiden seguir ejerciendo como cirujano en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). La defensa solicitó la libre absolución, mientras la Fiscalía pide diez meses de prisión y dos años de retirada del carné por un delito de lesiones por imprudencia grave, y la acusación particular eleva a cuatro los años por los que se le debe dejar sin carné de conducir.

Las acusaciones mantuvieron que la conductora entró en el carril de deceleración y cuando llevaba recorridos 200 metros cambió de opinión y se reincorporó a la autovía "sin asegurarse de que no circulaba nadie". Fue entonces cuando arrolló al motorista, que salió despedido y resultó gravemente herido.

La defensa, ejercida por Miguel Angel Bango, sostiene sin embargo que el accidente se debió a un despiste. Según su versión, era a primera hora de una lluviosa mañana de enero, todavía de noche, y la mujer intentó poner la calefacción. El coche se le fue y cuando estaba casi en el arcén volvió al carril por el que debía circular. Según el letrado, el motorista tampoco se percató de que el coche se reincorporaba al carril.

Durante el juicio también declararon varios testigos, entre algunos de los cuales hubo contradicciones. Uno de ellos incluso negó que hubiera declarado a la Guardia Civil que había visto la maniobra del vehículo, y señaló que él sólo vio al motorista que salía despedido.

La defensa solicitó la libre absolución al entender que se le debe aplicar la legislación vigente cuando se produjo el accidente y por tanto es una imprudencia leve, que se debe considerar una falta.