La joven que denunció a un amigo de la familia, al que conoció en un templo ovetense, por supuestos abusos sexuales, está a tratamiento psicológico desde que ocurrieron los hechos, según confirmó su abogada, Carlota González del Río. Tanto la Fiscalía como la letrada de la acusación particular mantuvieron la petición de 11 años de prisión para el acusado, mientras que la defensa pidió la libre absolución.

Según la abogada, la declaración del médico forense que vio dos veces a la víctima, de 15 años, ha sido determinante en la vista oral, ya que confirmó que la denuncia de la menor era real, que no había contradicciones. Además, fue el forense el que le recomendó someterse a tratamiento psicológico, que aún mantiene.

Según la acusación y la fiscalía, la primera vez que se produjeron los abusos fue cuando el hombre, para hacer un favor a la familia, acudió a recoger a la joven que volvía de una excursión, pero en lugar de llevarla a casa la llevó al aparcamiento del HUCA y abusó de ella en el asiento trasero de su coche. La segunda vez fue a buscarla al centro donde la menor estudiaba, y se repitieron los hechos, sólo que la joven en esta ocasión se lo contó a su madre, que acudió a interponer la denuncia. El caso ha quedado visto para sentencia.