Decenas de personas asistieron ayer al funeral de Marcelino González Candanedo, el guardia civil de Tráfico fallecido el sábado en el Alto de la Madera, en Siero, al colisionar su moto y un turismo. Las exequias se celebraron en la iglesia de Santa Eulalia de Colloto, localidad de la que era natural. Casado y con una hija, el agente llevaba una década en el destacamento de Tráfico de Mieres. Numerosos compañeros de la Guardia Civil y altos mandos, además de la jefa provincial de Tráfico, Raquel Casado (en la foto, ante el féretro), arroparon a la familia.