Luis Américo García-Portilla González, ovetense de 53 años, falleció ayer segundos después de salir del agua en la playa de San Antolín, en Naves de Llanes, en presencia de sus dos hijos, de 15 y 13 años de edad. Ni siquiera la inmediata asistencia de dos médicos y una enfermera que se encontraban en el arenal logró salvar la vida de un hombre que los profesores de la escuela Surf Skull, en la que precisamente hoy iba recibir clase, calificaron de "romántico del surf" y "amante de las olas". El fallecido era hermano de la catedrática de Psiquiatría Paz García-Portilla y del que fuera consejero de Economía del Principado durante el gobierno de Sergio Marqués José Antonio González García-Portilla, fallecido en el año 2003. Según ha podido saber este periódico el ayer fallecido había sufrido previamente problemas cardiacos.

El fallecido había disfrutado con sus tablas de surf del oleaje en San Antolín durante un buen rato junto a sus hijos. Tras salir del agua, cuando avanzaban por la arena, Luis Américo García-Portilla se desplomó. Los niños se asustaron. Creyeron que su padre había sufrido un ataque epiléptico. Los profesores de surf se los llevaron hacia su puesto, mientras tres bañistas, dos médicos y una enfermera, intentaban reanimarlo. "Recibió asistencia desde el primer segundo", resaltaron varios de los presentes.

No había socorristas en la playa, pues su trabajo había terminado a las siete y media, pero apenas cinco minutos después de la tragedia regresaba un miembro del equipo de salvamento, que de inmediato sacó un desfibrilador del puesto de socorrismo de la playa. También resultó inútil. Uno de los médicos aseguró que Luis Américo García-Portilla había fallecido instantáneamente, "ni se enteró, no sufrió". En su opinión, y a falta de los resultados de la autopsia, la muerte se produjo por una súbita parada cardiorrespiratoria.

Los dos hijos del ovetense, en estado de shock, permanecieron apartados de la arena, en la escuela de surf, donde habitualmente recibían clases, atendidos por varios profesores, hasta que llegó a la playa una tía y se los llevó.

El fallecido veraneaba con su familia en la localidad llanisca de Soberrón "desde siempre", según sus amigos. Y desde los tres años acudía a la playa de San Antolín. "Le gustaba el mar, le encantaba coger olas, incluso sin tabla. Era un romántico del surf", señaló uno de los profesores de la Surf Skull. Ayer mismo había llamado para recibir clases, pero la escuela estaba completa. Por eso quedó en comenzar hoy.

Al cierre de esta edición, el cuerpo sin vida de Luis Américo García-Portilla permanecía sobre la arena de San Antolín, cubierto con una sábana blanca, a la espera de que el juez de guardia procediera a su levantamiento.