"Aquí estamos, intentando volver a casa lo antes posible". Éste es el mensaje que a las diez y media de la noche de ayer transmitieron a LA NUEVA ESPAÑA desde La Habana las hermanas avilesinas Paula y Marta. Ambas permanecen en la capital cubana "secuestradas" por el huracán "Irma". Llegaron a la isla el pasado 31 de agosto. Sobre el papel, tenían que haber volado hacia España el pasado domingo, pero las endiabladas condiciones meteorológicas lo impidieron. Ahora tratan de que su compañía aérea las devuelva a España cuanto antes, pero la cosa no está fácil. Por el momento, la mejor propuesta que han recibido habla de reubicarlas en un vuelo este próximo domingo.

El balance de Irma realizado anoche sumaba un inmenso reguero de devastación y un total de 51 víctimas mortales: 14 en el sureste de Estados Unidos y, al menos, 37 en la islas del Caribe (10 de ellos en Cuba), donde el ciclón llegó a tener categoría 5 y a producir vientos que lo convirtieron en el huracán más poderoso registrado en el Atlántico. Las últimas noticias señalan que ha perdido buena parte de su fuerza, pese a lo cual en territorio norteamericano ha seguido causando estragos en forma de intensas lluvias en estados como Georgia y Carolina del Sur, después de generar daños catastróficos en Florida.

Las dos turistas avilesinas se mostraban indignadas. "Desde una semana antes, en Cuba ya estábamos informados de la llegada del huracán para el fin de semana. Se sabía que el día más fuerte de su paso sería el sábado, día 9. Ante la preocupación por volar justo ese fin de semana, empezamos las llamadas a nuestra compañía para confirmar si podríamos viajar en esa fecha y tomar una decisión en consecuencia, como adelantar el vuelo o que nos reubicaran en el primero que fuera posible", relatan Marta y Paul. Después de varias llamadas, "nada económicas, por cierto", les comunican que su vuelo continúa operativo. Sin embargo, el domingo por la mañana, día del vuelo, les notifican por SMS que finalmente saldrán el lunes a las 14.00 horas.

Poca gracia les hizo saber que tendrían que permanecer 24 horas más en un país ya arrasado por un huracán y con cortes de electricidad, agua y gas; árboles arrancados de raíz, calles inundadas... El lunes se personaron en el aeropuerto y... "para nuestra sorpresa nos dicen que ningún vuelo estaba operativo". Siguen las llamadas telefónicas a España (con lo que supone de precio). La compañía les dice que sí está operativo. Impotencia total. El trabajo las espera. La compañía se desentiende de los gastos suplementarios de hotel. La ciudad es un cementerio. Finalmente, "nos han dicho que nos meten en el vuelo para el domingo 17: ¡estamos hablando de una semana de retraso sobre nuestro vuelo original!".

Pese a todo, no cejan en su empeño. Estiman que llevan gastados unos 300 euros en teléfono móvil. Tratan de regresar cuanto antes. "La situación es desesperante", enfatizaban mediante "whastapp" a las once de la noche de ayer.