El gran huracán "María", de potencial destructor como el "Irma" y vientos de 260 kilómetros por hora, arrasó ayer la isla Dominica, en el mar Caribe. "Lo hemos perdido todo; la devastación es generalizada", aseguró el primer ministro del archipiélago tras sufrir el paso del ciclón, de categoría cinco (la máxima). "María" avanza a una "velocidad devastadora" hacia Puerto Rico, donde se le espera como el huracán "más peligroso de la historia moderna". El gobernador, Ricardo Rosselló, prevé que el tifón impacte "en todo Puerto Rico" con una "fuerza y violencia que no hemos visto en varias generaciones". El huracán también causó daños en Guadalupe y Martinica.

En las Antillas Menores es donde se vivieron hasta ahora las peores consecuencias del ciclón "María". Medios locales del área del Caribe señalan que los fortísimos vientos y las lluvias torrenciales ocasionaron inundaciones, daños en los sistemas de suministro de energía y, en general, estragos en las infraestructuras. En Martinica, el huracán habría dejado al menos 50.000 hogares sin electricidad y 10.000 sin agua. "Los vientos han barrido los techos de casi todas las personas con las que he hablado o que me han contactado", expresó por su parte el primer ministro de Dominica, Rooselvelt Skerrit, al que tuvieron que rescatar tras inundarse su casa. Su prioridad ahora es "rescatar a los atrapados y asegurar la asistencia médica para los heridos" por un fenómeno que calificó de "alucinante" y "duro, duro, duro". "Necesitamos ayuda internacional", añadió.

La portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Ana Casals, detalló ayer que la presión de "María" es "muy baja", de 933 hectopascales, por lo que también llevará asociadas "mareas ciclónicas y olas destructivas". Casals advirtió de que se trata de un "huracán potencialmente catastrófico".