Tres encapuchados logran escabullirse de los controles de seguridad y acceder a la zona de oficinas de CAPSA, en Siero, para reventar una de las cajas fuertes de la empresa y robar el dinero que la plantilla había recaudado para comprar la lotería de Navidad. Según fuentes de la compañía, el botín rondó los mil euros, aunque a la Guardia Civil le consta que se llevaron entre 3.500 y 3.900 euros en efectivo de la caja fuerte. Los agentes han iniciado una investigación para identificar y dar con los cacos, que han querido frustrar la ilusión navideña de los empleados.

Los amigos de lo ajeno se aliaron con la discreción que confiere la noche para actuar. Así que eligieron la madrugada del viernes al sábado para entrar en la factoría sierense. El robo se produjo entre las doce de la noche y la una de la mañana. Para esquivar la vigilancia de la fábrica, entraron saltando un muro y así consiguieron acceder a la quinta planta de la zona de oficinas.

Varias de estas estancias aparecieron abiertas y los cajones revueltos en algunos departamentos. No obstante, los ladrones sólo se interesaron por el dinero, no por documentos de la compañía que también se guardaban en esa caja fuerte y que aparecieron por el suelo. Los responsables de la compañía aún no han formalizado la denuncia y la realizará hoy mismo.

Fueron las cámaras de seguridad de CAPSA las que captaron este episodio y cómo actuaron los ladrones en el interior de la fábrica. También fueron las que delataron que se trataba de tres individuos que iban encapuchados para evitar ser identificados, labor en la que trabaja la Guardia Civil. Se les ve a los tres merodeando por varias oficinas hasta que consiguieron llegar a la zona noble, que es la que está reservada para recepciones y visitas institucionales. Fuentes de la empresa aseguran que sospechan de que se trata de delincuentes comunes.

Desvinculan este robo del conflicto laboral que se vive la empresa, aunque parece que los amigos de lo ajeno, además de con la noche, se aliaron para dar el golpe con la falta de actividad que había en la fábrica, como consecuencia de la huelga que mantienen los trabajadores.

Lograron abrir por la fuerza la caja fuerte, que según algunas fuentes estaba en el despacho que ocupaba antaño el que fuera presidente de la empresa, Pedro Astals. Después, huyeron con el botín, el dinero en efectivo que los trabajadores de CAPSA habían recaudado en una colecta para comprar la lotería de Navidad. Se han quedado sin los fondos con los que querían tentar a la suerte el día 22 de diciembre.