Las posiciones no se movieron en las conclusiones finales en el juicio por la muerte de Ana Suárez Fernández, la bebé ibiense de 18 meses falleció el 14 de marzo de 2013 después de atragantarse con un grano de maíz que los médicos no descubrieron. La Fiscalía y la acusación particular mantuvieron la petición de condena y la defensa la de libre absolución.

Adela Ana Rodríguez, ex jefa del servicio de pediatría de Cabueñes, insistió en su declaración de ayer en que el caso de la pequeña Ana "es excepcional en su evolución y resolución. No vi nada igual en más de cuarenta años de profesión". Insistió en que "no cuadra" que el maíz se moviera día después de un "pequeño bronquio" que no provocaba en la niña dificultades para respirar y luego provocara que se ahogara al alojarse en la traquea por un golpe de tos. "Creo que no murió de asfixia, sino de una reacción vasovagal", afirmó.

La Fiscalía y la acusación particular insistieron en que según todas las pruebas y el informe forense de la autopsia, quedó claro que si a la pequeña se le hubiera practicado una broncoscopia "ahora estaría viva". Y es que, en su opinión, la niña presentaba síntomas claros de que tenía un cuerpo extraño y hubo "clara dejación" por parte de la facultativa que se sentó en el banquillo, teniendo en cuenta además el relato de los padres.

La defensa, por su parte, mantuvo que para realizar una broncoscopia tiene que haber una sintomatología clara que la niña no presentaba, y que el diagnóstico se vio alterado porque la pequeña sufría un proceso catarral que pudo ocultar la presencia del maíz. E insistió en que tiene que haber una sintomatología muy clara para realizar una prueba tan dura como una broncoscopia a un bebé.