Jennifer Hernández, una mujer venezolana de 47 años residente en Tenerife es la primera víctima mortal de la violencia machista de este año. La mujer falleció anteayer viernes en Los Realejos, tras recibir cuatro puñaladas de su expareja, Esteban H. D., de 67 años, al que había denunciado el pasado día 8, hace solo 13 días, por violencia de género, en concreto por agresiones verbales, aunque aseguró no necesitar medidas de protección. El juicio rápido tuvo lugar el día 10. Ambos habían iniciado el proceso de divorcio. Tras matar a la mujer, el hombre huyó con su nieta de 9 años, la dejó con unos familiares, y emprendió la huida en un coche de su propiedad, aunque se estrelló en la autopista del norte de la isla. Ahora está hospitalizado en estado muy grave.

Pese a que la mujer no pidió protección a la Policía, los agentes se interesaron por su estado hace unos días y le recomendaron que adoptara medidas de auto protección. Lo siguiente que supieron los policías es que había sido asesinada

Los hechos se produjeron a las nueve de la noche de anteayer viernes. La Policía Local acudió al número 17 de la calle de Las Arenitas, en el barrio de Las Llanadas, en los altos de Los Realejos, vivienda del presunto asesino en la que este y Jennifer Hernández habían convivido como matrimonio. Según los vecinos, se había producido una fuerte discusión. Dentro de la vivienda, la mujer yacía muerta con al menos cuatro puñaladas.

Fue la Guardia Civil la que detectó el vehículo de Esteban H. D. en la autopista del norte de la isla, iniciando una persecución para darle el alto. El hombre realizó una maniobra de evasión que provocó un accidente contra otro vehículo ocasionando otros dos heridos, fuera de peligro. El coche del supuesto autor del asesinato dio varias vueltas de campana, quedando atrapado.

Esteban H. D. y Jennifer Hernández aún no se habían divorciado. Era el segundo matrimonio de este quesero de Los Realejos, que había tenido varias hijas con su primera mujer. Se habían separado hacía meses y ella, de hecho, había emprendido otra relación y vivía en San Juan de la Rambla. Vecinos de Las Llanadas aseguraron que aún así, Esteban y Jennifer se seguían viendo, posiblemente para resolver la separación y la situación de la nieta de la mujer. Los vecinos indican que solían discutir mucho cuando se veían.