Una de las presuntas víctimas de los hermanos Sandulache entregó una servilleta escrita a los agentes de Aduanas del aeropuerto en Rumanía diciendo que viaja a España obligada. Ésa fue la tercera denuncia que la Policía española recibió contra la presunta red organizada que traía a jóvenes engañadas desde aquel país y a las que obligaba a prostituirse, amenazándolas y propinándoles palizas, según declararon algunas de ellas. Los agentes que realizaron la investigación y las detenciones declararon ayer en la cuarta sesión del juicio que se sigue contra los hermanos Sandulache y otros cuatro acusados en la Audiencia Provincial de Oviedo. Los dos presuntos cabecillas de esta supuesta red organizada, Cristian y Sebastián Sandulache, aseguraron a los periodistas en un receso de la vista que las denunciantes "no son víctimas, son prostitutas. No tenemos absolutamente nada que ver con todo esto". Y añadieron que "sólo quieren dinero. Piden 400.000 euros de indemnización cada una, porque saben que si no lo pagamos nosotros se lo paga España".

El inspector ya había explicado ante el tribunal que las pesquisas comenzaron a raíz de una denuncia anónima a la que siguió otra desde Rumanía, en la que la denunciante facilitaba datos de un piso en Oviedo en el que vivían las mujeres explotadas. Pero hubo una tercera denuncia, que una de las jóvenes hizo a los agentes de Aduanas en el aeropuerto en Rumanía entregándoles una servilleta en la que indicaba "que no quería viajar, que iba obligada".

Los agentes señalaron que la carencia o los mínimos ingresos de la familia Sandulache en Rumanía no justificaban los coches de lujo que utilizaban, ni tampoco la mansión que se estaban construyendo en su país. También coincidieron en que una de las chicas acusadas, A. Ch., era una víctima más y que no recibía ningún trato especial, pese a que está acusada en la causa porque supuestamente vigilaba a las demás. Su letrada, Judith Flórez, aseguró al finalizar la vista que la joven "está estudiando con unas notas excelentes e intentando rehacer su vida, por eso se fue de Asturias. Ha quedado acreditado que es una víctima más, y nos vemos limitadas en la defensa porque en realidad deberíamos ser acusación", remarcó.