El cuerpo de Paz Fernández Borrego se encontró ayer por la tarde en el embalse de Arbón, en el concejo de Villayón. La zona está a 14 kilómetros del lugar donde quedó aparcado su vehículo, en las inmediaciones del Hospital de Jarrio, en Coaña, y a doce del lugar donde fue vista por última vez, y otros dieciséis de Busmargalí, el núcleo donde se localizó la última señal de su teléfono móvil.

Con la aparición del cadáver se ponía fin a la incansable búsqueda para dar con el paradero de esta madre de dos hijos de 43 años. Un vecino del concejo de Valdés, con lazos familiares en el municipio de Villayón y aficionado al deporte de la piragua, fue quien dio la señal de aviso a la Guardia Civil. A las tres y media de la tarde, y mientras practicaba esta modalidad, descubrió un cuerpo flotando en el agua, boca abajo, en una zona conocida como la "variante de Arbón". En este punto confluyen los ríos Acebal, Ferreiría y Navia, está próximo a un camping, y a escasos metros pasa la carretera AS-25, que comunica Navia con Villayón. Hay una pequeña rampa hacia el agua, y es frecuente que las lanchas se amarren en este punto. Es una zona que se encontraba dentro del terreno rastreado por la Guardia Civil, que el día anterior, lunes, había desplegado el helicóptero por la zona.

Hasta el lugar del hallazgo se desplazaron varias patrullas del Instituto Armado, la juez titular de Luarca y la Policía Científica de la Guardia Civil, así como el médico forense para proceder al levantamiento del cadáver. El cuerpo de la mujer, inicialmente sin identificar, se encontraba "en una zona de difícil acceso, en la orilla del embalse de Arbón", según informó el propio cuerpo. Fue por ello preciso la intervención del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), que llegaron al lugar a las siete de la tarde. De forma inmediata recuperaron el cadáver, utilizando para ello una zodiac, en una operación que se prolongó durante media hora.