El delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, José Julián Gregorio, admitió ayer que siguen abiertas "todas las hipótesis" en la investigación por el hallazgo el pasado sábado, 24 de marzo, del cuerpo de una mujer de unos 30 años en una cuneta de un carril de aceleración en el kilómetro 56 de la autovía A-5, en el término municipal de Santa Cruz de Retamar (Toledo). Esas hipótesis incluyen también la de un posible caso de violencia de género, aunque matizó que la hipótesis que más fuerza cobra es la de un atropello voluntario.

Gregorio remarcó que las investigaciones se encuentran bajo secreto de sumario y ha definido este suceso como "tremendo, trágico y, a todas luces, muy doloroso". El delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha incidió también en que este secreto sumarial es "muy importante para localizar a la persona presunta causante de este atropello mortal".

Con respecto a las declaraciones de este sábado del ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, en las que aseguró que esta mujer habría muerto como consecuencia de un accidente de tráfico, José Julián Gregorio explicó que, al llegar al lugar de los hechos, la primera opción que se vislumbró fue que "una persona que andaba por el arcén había sido atropellada", aunque ha reiterado que esa primera impresión cambió hacia el atropello voluntario con la profundización de las investigaciones. Finalmente, Gregorio confirmo que el cuerpo está en el Instituto Anatómico Forense.