Los Bomberos del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA) finalizaron ayer sin éxito el operativo de búsqueda de Emilio Peláez, el hombre de 85 años que desapareció el sábado de la semana pasada en la localidad llanisca de La Llende.

El rastreo se centró ayer el entorno de Rales y Escobio, de Puente Nuevu a Riocaliente, Cerrogrande y las isletas del río Bedón, además de las playas del concejo. En el mismo participaron, además del Jefe de Bomberos de la Zona Oriental del SEPA, los efectivos de los parques de Llanes y Cangas de Onís, el Grupo de Rescate de Bomberos a bordo del helicóptero medicalizado, Guardia Civil y una veintena de vecinos, que no encontraron ni la más mínima pista de dónde podría estar el octogenario.

Su hijo, con el que vive, fue quien denunció la desaparición después de que no volviese a casa el pasado 24 de marzo. El desaparecido salió para dar de comer a las gallinas alrededor de las seis y ya no regresó más. Su descendiente quiso expresar ayer su "máximo agradecimiento con todas las personas y servicios de emergencia que se volcaron en la búsqueda" aunque ve "lógico que no sigan rastreando si no aparecen nuevos indicios". El hijo de Peláez está convencido de que el octogenario no pudo marcharse lejos. "¿A las seis de la tarde, casi de noche y lloviendo, a dónde iba a ir?", se pregunta. "Lo peor es que no sabemos ya por dónde buscar", explica.

Durante los rastreos se establecieron equipos mixtos para que los voluntarios, llegados hasta de Galicia, estuviesen siempre acompañados por, al menos, un profesional.