B. G. A., un chófer de autocar de 54 años y residente en Llanera, fue pillado el sábado pasado en la rotonda de acceso a Candás (Carreño) con una tasa de alcohol que quintuplicaba la permitida para los profesionales del sector. El hombre transportaba en ese momento a un grupo de 31 turistas gallegos que tuvieron que quedarse esperando mientas la compañía enviaba a otro conductor, ya que el chófer que llevaba el autocar en ese momento no estaba en condiciones de continuar con la conducción. Ayer compareció en un juicio rápido en el Juzgado número 2 de Gijón y aceptó una condena de catorce meses de retirada del carné de conducir, así como sesenta días de trabajos en beneficio de la comunidad.

Los hechos se produjeron sobre las seis y veinte de la tarde del sábado. Agentes de la Guardia Civil establecieron un control preventivo de alcohol y drogas en la rotonda de acceso a Candás, concretamente en el punto kilométrico 5 de la carretera de Luanco a Veriña (AS-118), en sentido a la última localidad.

Los agentes dieron el alto al autocar que conducía el chófer llanerense para someterle a la prueba de alcoholemia. Los guardias dieron en la diana, porque el conductor dio un resultado de 0,76 miligramos de etanol por litro de aire espirado. Dieciocho minutos después, una segunda prueba dio un resultado de 0,73 miligramos de etanol. Esta tasa quintuplicaba la permitida para los profesionales del transporte público, que es de 0,15 miligramos de etanol por litro de aire espirado.

Los 31 pasajeros, procedentes de Galicia y que estaban pasando unos días por Asturias, se quedaron de piedra al ver cómo los agentes retenían al conductor. Venían en ese momento de la localidad de Luanco, donde se supone que habían comido. Viendo el estado en el que se encontraba, los agentes prohibieron al chófer continuar la marcha a menos que la empresa enviase otro conductor. El chófer cazado ebrio tuvo que llamar a la compañía para que solucionase esta eventualidad. Los agentes le tomaron declaración en calidad de investigado en el mismo lugar en el que fue sorprendido.

En la última campaña de control de camiones y autobuses, del 26 de febrero al 4 de marzo, fueron denunciados uno de cada cuatro conductores, en concreto, 2.990 chóferes de los 11.182 controlados. Las denuncias por exceso de horas de conducción y las relacionadas con el tacógrafo fueron las más numerosas. En concreto, los agentes de Tráfico tramitaron 550 denuncias por excesos de horas de conducción ( 533 a camiones y 17 a autobuses) y 365 por cuestiones relacionadas con el tacógrafo (320 camiones y 45 autobuses). Otros 66 fueron denunciados por no llevar el cinturón de seguridad y otros 42 por exceso de velocidad. Finalmente, 19 conductores de camiones y autobuses dieron positivo por drogas, y 8 por alcohol.