"Nos pidió 4.500 euros y nos dijo que eran para el juez, para que hiciera los trámites". La declaración corresponde a una de las víctimas de Ana María R. F., la abogada avilesina que está siendo juzgada por quedarse supuestamente con el dinero de sus clientes. El testigo relató que él y su mujer la habían contratado para arreglar un conflicto familiar por una herencia. El asunto se alargó años, durante los que abonaron varias cantidades de dinero, de miles de euros, sin que se resolviera, "jugando con nuestra confianza".

También declaró otra víctima que dijo que la contrató para que interpusiera una demanda por una intervención quirúrgica que le dejó inutilizada una mano. "Era prima de la que era mi mujer, así que confié en ella". Era el año 1998. "Una vez me llegó a casa un cheque con 500.000 pesetas de aquélla. La llamé y me dijo que se lo diera porque lo iba a utilizar para reclamar más, que esa cantidad era poco. No volví a ver ni el cheque ni el dinero" afirmó, antes de afirmar que desde entonces está a tratamiento psiquiátrico por los nervios.

La defensa, en un movimiento incomprensible para el resto de abogados, sólo llamó ayer a dos testigos, que no le favorecieron con su declaración, y rechazó el testimonio de todos los demás. La vista continuará el miércoles.