Los compañeros de Mariano González Tejada, montañero fallecido el sábado cuando descendía el Urriellu, en los Picos de Europa, le han querido despedir con una emotiva carta en que alaban al que fue también un activista en Ecologistas en Acción.

La carta es la siguiente:

Mariano luchará a través de nuestras manos

Este sábado recibimos con estupor la noticia. Mariano González Tejada, nuestro querido compañero, acababa de fallecer al precipitarse al vacío cuando descendía el Picu Urriellu, en Picos de Europa.

Casi de inmediato, en la sede de Ecologistas en Acción se produjo una concentración espontánea de un centenar de personas que, por un medio u otro, habíamos conocido la triste y demoledora noticia.

No nos lo podíamos creer. Y es que Mariano era vitalidad. Acababa de cumplir 38 años y gran parte de su tiempo y gran energía los había dedicado con intensidad y fuerza a la que era una de sus pasiones, el ecologismo social, que alternaba con otra: “amante de montañas”, se declaraba en su perfil de una red social.

Mariano empezó su militancia en la Comisión de Internacional de Ecologistas en Acción de Madrid a principio de siglo, donde fue cuajando su espíritu anticapitalista y rebelde. Luego fue asumiendo otras responsabilidades, que desempeñó con gran competencia y dedicación. Durante un tiempo fue responsable de calidad del aire, y en los últimos seis años se encargaba de la coordinación del área de Transporte. Desde hace un par de años también aportó su buen hacer y conocimientos a Greenpeace, donde también queda un tremendo vacío con su muerte.

Su apuesta laboral vino también a través de la economía social y solidaria, su tercera gran pasión, impulsando proyectos alternativos y de gran interés social y ambiental, como la Ecomarca. Como el mismo escribió, su compromiso estaba con el ecologismo y con la economía social; con todo aquello por lo que, decía, “trabajo, lucho, comparto, sueño, disiento, respiro y abogo”.

Desde Ecologistas en Acción invertimos una buena parte de nuestro tiempo en recordar a otras personas que la vida es vulnerable y finita. Hoy, sin embargo, sentimos una pena y rabia tremendas al comprobar que es verdad y que nuestro compañero de luchas, alternativas y fiestas, Mariano, ya no está con nosotras.

De hoy en adelante, Mariano respira a través nuestros pulmones, trabaja con nuestras manos y lucha, disiente, sueña y aboga integrado en nuestra cabeza y en nuestros corazones. Te queremos mucho, mucho, Mariano.