La joven madrileña acusada de traficar con drogas de diseño en el último Aquasella, el festival de música electrónica en verano en la localidad de Arriondas, aceptó ayer en la sección tercera de la Audiencia Provincial una condena de tres años de cárcel, tras declararse autora de los hechos. El ministerio público solicitaba inicialmente cuatro años de cárcel, pero accedió a reducir su solicitud de condena al entender que concurría la atenuante de drogadicción. La multa que se solicitaba inicialmente de 1.719 euros fue reducida finalmente a 574 euros. Por cada 100 euros que queden sin pagar, deberá cumplir un día de privación de libertad.

La mujer, cuya identidad se corresponde con las iniciales A. N. H., acudió al festival Aquasella de Arriondas el 28 de julio de 2017. Allí fue abordada por un agente de la Guardia Civil, que le pidió la documentación, al advertir cierta actitud nerviosa en la joven, lo que le hizo sospechar que llevaba drogas encima.

Efectivamente, el agente le ocupó una bolsa que portaba en la zona del sujetador, así como otra bolsa con tres más en su interior, todas ellas con sustancias estupefacientes, en concreto diez gramos de éxtasis (MDMA), tres gramos y medio de anfetamina y menos de un gramo de resina de hachís. La Fiscalía estimaba que estas sustancias eran para vender a los asistentes al festival de música electrónica. Además, se la acusaba de un delito contra la salud pública en la modalidad de sustancias que causan grave daño a la salud, al habérsele encontrado éxtasis y anfetamina.

El festival de música electrónica ha atraído una atención especial de las fuerzas de seguridad, ante las sospechas de que se produjese tráfico de drogas. En la edición del año pasado fueron detenidos hasta seis jóvenes por tráfico de drogas, incluida la joven juzgada ayer. El año anterior, hubo al menos cinco, tres de ellos llegados de fuera de la región. Las cantidades de droga fueron mínimas, salvo en un caso en que se encontraron 12 gramos de cocaína.