Un golpe de mar jugó ayer una mala pasada a un equipo de la Dirección General de Pesca que realizaba un muestreo de percebe en la costa franquina. El oleaje volcó la embarcación neumática en la que viajaban cuatro tripulantes ayer al mediodía. Tuvieron que ser rescatados por el helicóptero de Salvamento Marítimo ("Helimer 203") en una zona de difícil acceso conocida como "la capilla del paso".

En la embarcación viajaban dos biólogos, el patrón franquino y trabajador del Principado Jorge García y el vigilante de la Cofradía "Santo Ángel" de Viavélez, Carlos Bedia. Los cuatro resultaron ilesos, aunque con algún rasguño a consecuencia del naufragio. "Estaban intentando arrimarse a una piedra para ver los percebes cuando les vino el mar, primero lo sortearon un poco, pero al final los tiró", relataba ayer Tino Bedia, más tranquilo tras hablar por teléfono con su hijo Carlos y confirmar que se encontraba bien. El helicóptero trasladó a los cuatro tripulantes de la zódiac hasta Gijón, de ahí que las familias de los afectados tuvieran que esperar para abrazarles.

El patrón mayor de Viavélez, Carlos Bedia (tío de uno de los náufragos), explica que fue una suerte que resultaran ilesos. "A lo largo de la mañana fue aumentando el mar. Es mar de fondo, así que viene por rachas. Se metieron en calma en la zona del paso, pero allí los pilló", apunta. Un vecino les vio desde lo alto del acantilado y dio el aviso. "Se actuó rápido gracias a eso", apunta.

"Ahora estoy bien, pero allí lo pasé mal", cuenta Benigno García, experimentado marinero y padre del patrón de la zódiac.

El naufragio provocó un amplio dispositivo de rescate y también se acercaron embarcaciones como el "Isbert", con base en Viavélez. "El barco no pudo hacer nada, pero ya vio que estaban a salvo en una piedra", relata un familiar de los afectados. En ese punto sólo podía actuar el helicóptero.