Padre de dos hijos, casado, discreto, amable, educado, y buen profesional. Dumitru, el rumano detenido por abuso sexual a cinco niñas de entre 5 y 7 años, era un vecino discreto del que nadie sospechaba en su lugar de residencia, Colmenar de Oreja, una localidad próxima a Madrid. Nadie, ni siquiera su mujer, sabía que en ámbitos policiales estaba considerado como uno de los pedófilos "más peligrosos" de los últimos años. "Yo no sabía nada", asegura ella a quien le pregunta, según el diario "El Mundo".

Dumitru vivía con su mujer y sus dos hijos en la misma casa donde supuestamente abusó de las pequeñas, o al menos de una de ellas. Al parecer, es un manitas de la tecnología, y él mismo habría fabricado las cámaras con las que grababa lo que le hacía a las niñas. Después, subía las imágenes a una web de la red TOR, donde los pedófilos más peligrosos del mundo intercambian contenidos

Según las investigaciones policiales, el modus operandi que usaba este depredador sexual para acercarse a las menores era entablar amistad con los padres, compatriotas.