Los asturianos que viven en Génova están sobrepasados por la magnitud de esta tragedia que conmociona a toda Italia, también a Europa. No se puede comprender cómo puede venirse abajo una estructura así en un país tan avanzado como Italia. Beatriz Álvarez, empleada de la multinacional Siemens, admitió ayer que estaba viviendo una pesadilla, como todos los genoveses. "Hay indignación, rabia y mucha tristeza. Es lo que siento y lo que veo en todos los Whatsapps de colegas y en las páginas de Facebook de amigos. Era impensable que pasase esto", aseguró.

Aunque, en realidad, "pudo ser mucho peor". "La autopista es urbana, pasas de un barrio a otro y llegas al puerto y al aeropuerto. Siempre había retenciones en el puente, que estaba en obras de manutención. Y luego pasa esto... Podría haber sido una tragedia muchísimo mayor. Tenemos que dar gracias a Dios, porque si llega a ser un día laborable, a las ocho de la mañana...", comentó. Y es que podrían haberse encontrado sobre el puente Morandi muchísimos más vehículos.

Las noticias que llegan a los genoveses sobre el estado del puente no pueden ser peores. "Aquí se sigue buscando más víctimas y han evacuado los edificios bajo el puente porque es probable que se derrumbe el otro pilar", indicó esta asturiana que lleva quince años viviendo en Italia.

La autopista es muy utilizada por los turistas que acuden a Italia. De hecho, el martes, el derrumbe sorprendió al ovetense Pedro Barthe a tan solo quinientos metros del tramo que se vino abajo. Como aseguraría más tarde, ese día volvió nacer.